El cadáver hallado la semana pasada en Capdepera es de Kai Palma, el joven alemán desaparecido en agosto. Las pruebas de ADN han permitido a la Guardia Civil confirmar la identidad del cuerpo, que apareció en el sótano de un edificio en Cala Lliteres. Los investigadores han descartado que se trate de una muerte violenta, pero siguen con las pesquisas para esclarecer las circunstancias del fallecimiento.

Kai Palma desapareció a mediados de agosto. De 28 años, llegó a Mallorca en abril y trabajaba como cocinero en un restaurante de Cala Rajada. Se marchó de su puesto de trabajo dejando su teléfono y su documentación y no volvió a saberse de él. Su familia presentó el 17 de agosto una denuncia y la Guardia Civil puso en marcha una investigación para dar con su paradero.

No hubo pistas sobre lo ocurrido hasta el pasado 25 de enero. Un fontanero estaba inspeccionado los desagües de un edificio de apartamentos en Cala Lliteras cuando encontró un cadáver. El cuerpo apareció en un lugar casi inaccesible en el sótano de la finca. Su avanzado estado de descomposición hizo imposible identificarlo, aunque su ropa coincidía con la que llevaba puesta Kai Palma cuando fue visto por última vez.

La autopsia descartó una muerta violenta, pero no permitió aclarar cómo falleció la víctima. Se extrajeron muestras biológicas y se remitieron al Servicio de Criminalística (Secrim) de la Guardia Civil para cotejarlas con las de la familia del joven alemán. El resultado ha sido positivo. El cotejo llevado a cabo por los investigadores ha permitido confirmar que el cadáver es de Kai Palma.

La Guardia Civil no da el caso por cerrado. Los agentes están a la espera de recibir los resultados de Toxicología, para intentar aclarar cómo murió el joven.