La Guardia Civil investiga si un ajuste de cuentas por motivos económicos está detrás del crimen de Arturo, el hombre de 36 años que fue encontrado este martes muerto a tiros en el interior de su coche en El Bojal, en la localidad de Beniaján, en Murcia.

Se da la circunstancia de que el hombre era "conocido de la Policía, porque, al parecer, había pasado más de una vez por comisaría", declaró José Cánovas, el vecino que telefoneó al número de Emergencias 112 al escuchar las detonaciones.

Siempre según el testimonio de José Cánovas, momentos después de que él escuchase los disparos (además de "un golpe", según su relato) salió corriendo de la zona un hombre. Este hombre se desplazaría a pie. El testigo dijo también que él no lo había visto, sino otra joven que se encontraba por el lugar.

Esta joven, posteriormente, corroboró que había visto a un individuo encapuchado escaparse de la zona tras los tiros.

Poco antes de las once y media de la mañana, vecinos del Carril Márquez escucharon un fuerte ruido y disparos. Al salir, se encontraron a Arturo muerto en su coche, un Megane, con heridas de bala en la cabeza.

Los testigos llamaron a Emergencias, pero a su llegada los sanitarios no pudieron más que certificar la muerte. El fallecido recibió tres disparos cuando se encontraba dentro de su vehículo, al que se metió para ir a hacer la compra después de salir del gimnasio, según contó su mujer.

El vecino que dio el aviso a la Policía afirmó que al parecer "nadie había visto nada", dado que en ese momento "no pasaba nadie más por ahí".

Al lugar, cerca de la escuela infantil Los Granaos, se desplazaron patrullas de la Policía Local, dos coches de la Guardia Civil y una Unidad Móvil de Emergencias (UME) con personal de la Gerencia de Urgencias y Emergencias Sanitarias 061. En el escenario del crimen se congregaron decenas de vecinos, curiosos y familiares del fallecido, que se mostraban sorprendidos y conmocionados por el asesinato y pedían a gritos que se encontrara al autor del crimen.

Un amigo de la víctima, que prefirió no identificarse, aseguró que lo conoce "de hace años" y "era un hombre muy bueno, de gran corazón y trabajador".

Sobre si el fallecido tenía alguna enemistad, apuntó: "Que yo sepa no, lo único malo que ha tenido es la envidia de algunos por estar muy fuerte". Añadió, en este sentido, que la víctima se preparaba en el centro deportivo para presentarse a oposiciones de Policía.

El fallecido era natural de Ibiza y vivía en la localidad de Torreagüera. Padre de tres hijos, trabajaba como carnicero, donde, además de acudir con frecuencia para trabajar y entrenar, llevaba a sus pequeños a una guardería y a la escuela Los Granaos, tal y como explicaron vecinos de la zona que le conocían.

Fuentes cercanas al caso detallaron que el principal sospechoso del crimen sería un joven que residiría en la zona donde se produjo el suceso. Este joven también tendría antecedentes penales. Ahora se trata de esclarecer qué relación mantenían víctima y sospechoso.

Horas después del suceso, los rumores corrían como la pólvora por el pueblo. Era ver un coche de la Policía y dar por hecho que habían practicado un arresto relacionado con el crimen. De hecho, el alcalde pedáneo, Francisco Hernández, llegó a asegurar por la tarde que habían detenido a un sospechoso en un bar. Es más, que se había entregado él mismo. Desde la Benemérita desmintieron las palabras del pedáneo e insistieron en la importancia de no propagar bulos en redes sociales en un asunto tan delicado.