Un fuego de grandes dimensiones arrasó ayer de madrugada un solar de Binissalem donde se hacinaba media docena de coches abandonados y una gran cantidad de electrodomésticos para su desguace. Las labores de extinción se prolongaron durante cuatro horas.

El fuego se inició poco después de la una de la madrugada en un terreno apartado situado en las proximidades de la carretera vieja de Binissalem. De repente, las llamas alcanzaron importantes proporciones y eran visibles desde gran distancia.

En primer término, una patrulla de la Policía Local se personó en el terreno nada más recibir el aviso. Al comprobar la magnitud de las llamas, los agentes reclamaron la presencia de bomberos y de más servicios de emergencia.

Un dispositivo especial se activó de inmediato para sofocar el incendio. Dotaciones de Bombers de Mallorca, procedentes del parque de Inca, se movilizaron con rapidez ante la elevada carga de fuego que presentaba el siniestro. También se desplazaron efectivos de la Policía Local de Binissalem, Protección Civil, agentes de la Guardia Civil y una ambulancia del Ib-salut por si era precisa su intervención.

El terreno era utilizado como una suerte de vertedero para acumular vehículos y electrodomésticos viejos. Tanto los coches como los aparatos eran desguazados de forma irregular para aprovechar las piezas.

La gasolina y el aceite que contenían los depósitos de los coches contribuyeron sobremanera a reavivar las llamas y a que estas alcanzaran una gran altura. Por este motivo, los bomberos se vieron obligados a atacar las llamas utilizando espuma, ya que el agua lo podría haber extendido.

Desguace clandestino

Los esfuerzos de los servicios de extinción se centraron en tratar de contener las llamas para que no se propagara a la veintena de coches que se encontraba en el solar.

En las proximidades de este terreno donde se declaró el incendio se encontraban una serie casetas donde supuestamente se desguazaban de manera clandestina tanto los coches como los electrodomésticos para revender luego las piezas.

Además del combustible acumulado en los depósitos de los coches, que actuaba como acelerante de las llamas, los servicios de extinción tuvieron que combatir las fuertes rachas de viento que se registraban ayer de madrugada en Binissalem, que llegaron a alcanzar a esas horas 77 kilómetros por hora.

La extenuante labor de los bomberos fue dando poco a poco sus frutos. No obstante, hasta cuatro horas después de su llegada el fuego no se pudo dar por extinguido. Sobre las cinco de la mañana pudieron regresar al parque de Inca.

Por su parte, la Guardia Civil se encargó de abrir una investigación para tratar de esclarecer las causas del devastador incendio en el solar de Binissalem. La inspección se pospuso hasta la llegada del día y está previsto que se prolongue hoy. Los agentes no descartan ninguna hipótesis sobre lo que originó el incendio.