Una pequeña colisión entre un coche y un autobús de la EMT en la Rambla degeneró ayer a mediodía en trifulca, con el conductor del turismo esgrimiendo un pico, el pasaje huyendo atemorizado y la intervención de cuatro patrullas de la Policía Local. "Ha pegado un frenazo, le he dado y ha venido hacía mí con un hacha", explicó el chófer del bus. El incidente generó un importante revuelo en la zona y acabó con un acta por exhibición de armas y un parte policial por el accidente de tráfico. El denunciado era una picapedrero que en la acalorada discusión sacó del maletero una de sus herramientas de trabajo.

Todo ocurrió poco después del mediodía. Un autobús de la línea 3 de la EMT descendía por la Rambla con apenas media docena de pasajeros a bordo. En un semáforo junto a la Misericòrdia, sufrió una pequeña colisión con un coche. No hubo heridos y los daños materiales fueron más bien escasos, pero el accidente acabó como el rosario de la aurora. Los dos conductores siguieron la marcha pero empezaron a increparse, realizando maniobras algo bruscas por la Rambla y conminándose a parar para arreglar el asunto.

La trifulca terminó junto al Teatre Principal. Allí, los dos vehículos acabaron parando de mala manera. Según el relato del conductor de la EMT, hubo entonces una segunda colisión. "El coche ha pegado un frenazo y le he dado por detrás", contaba el chófer. La discusión fue ganando en intensidad hasta que el conductor del coche abrió el maletero. Dentro había varias piedras y herramientas. "Ha venido hacia mí con un hacha. Todo el pasaje se ha bajado y he llamado a la Policía", recordaba el hombre.

Las llamadas de alerta llevaron a cuatro dotaciones de la Policía Local a acudir con rapidez al lugar. Los policías se entrevistaron con los dos implicados para tratar de aclarar lo ocurrido, mientras el resto de conductores se veían obligados a esquivar el autobús, subido a la acera, para seguir circulando y se preguntaban a qué obedecía semejante despliegue policial.

Los agentes comprobaron que el joven del turismo llevaba en el maletero varias piedras de tamaño considerable y un pico. El hombre les contó que las llevaba porque trabaja como picapedrero. Llegó a esgrimir la herramienta durante la discusión, pero los agentes confirmaron que el chófer del autobús no llegó a correr peligro porque no bajó del vehículo.

Los agentes llegaron a la conclusión de que los hechos no tenían relevancia penal. Levantaron un acta por exhibición de instrumentos peligrosos, que podría conllevar una multa para el conductor del coche, y redactaron un informe sobre el choque.