El robo frustrado de bollería por valor de 46 céntimos le salió bien caro. Un botín tan barato que apenas alcanza medio euro le ha acarreado una condena de casi un año y medio de prisión. Una joven aceptó ayer en un juzgado de Palma penas que suman un año y cinco meses de cárcel por un violento robo intentado por pegar una patada en la boca a una empleada de un supermercado de la ciudad después de que esta la sorprendiera llevándose sin pagar unos económicos productos de repostería en el verano de 2016.

Lo que en principio era un pequeño hurto en un conocido establecimiento de la calle Aragón desembocó en una violenta agresión a una trabajadora y en un duro enfrentamiento contra varios policías nacionales en Palma. La acusada, de 26 años y natural de Ecuador, ayer se declaró responsable de un delito intentado de robo con violencia, otro de lesiones y un atentado a agentes de la autoridad. La magistrada le impuso un año y cinco meses de prisión, la prohibición de aproximarse a menos de 50 metros al supermercado de la calle Aragón de Palma durante dos años, así como que indemnice con 46 céntimos a la empresa comercial y con 1.510 euros a la empleada perjudicada por las heridas que le causó y por el tratamiento odontológico que precisó tras los hechos, ya que le tuvieron que extraer una pieza dental y colocarle un implante.

La juez, al final de la vista oral, le suspendió la condena por un periodo de tres años y con el compromiso de que pague la indemnización en nueve meses.

Los hechos ocurrieron sobre las nueve de la noche del pasado 28 de junio de 2016 cuando la muchacha rebasó la línea de cajas de un supermercado de Palma sin pagar los productos de bollería que llevaba, que tenían un valor de 46 céntimos. Las empleadas le pidieron que se detuviera y que abonara los artículos, pero la clienta reaccionó de forma violenta y atacó a una de ellas, a la que pegó una patada en la boca. La víctima sufrió una contusión e inestabilidad en un colmillo. Tardó 15 días en curar y requirió tratamiento odontológico.

La Policía tuvo que acudir al establecimiento. El botín fue recuperado pero ya no era apto para su venta. La joven no quiso identificarse, increpó a los agentes y les lanzó patadas y puñetazos. Fue detenida y pegó patadas al vehículo. "Os deseo la muerte, mi madre es jueza y os vais a enterar, mañana la volveré a liar", les dijo.