La pesadilla de un grupo de mallorquines , pero su indignación se mantiene intacta por la continuas penurias vividas y, según ellos, "completamente injustificadas". Sus quejas van dirigidas a Ryanair, la compañía con la que han realizado el vuelo y anuncian la presentación de una demanda contra la línea aérea irlandesa. Aunque también sus protestas las hacen extensivas al Consulado de España y al personal del aeropuerto de Francfórt Hahn. "No se puede hacer todo tan mal. Es imposible. He llegado a pensar que había una cámara oculta y que era una inocentada", explicaba Conchi nada más tomar tierra esta mañana en el aeropuerto de Palma.

La odisea vivida en Alemania, iniciada por el fuerte temporal, se ha extendido hasta el último minuto. El conductor de un autobús ha llegado más de una hora tarde, con una conducción temeraria, han estado a punto de perder el avión que salía a las seis de la mañana de Hahn. "Tenía que haber aparecido a las dos de la mañana para llegar bien y no ha llegado hasta la cuatro. Iba a 120 kilómetros por hora haciendo eses y nos ha parado la policía en Alemania", afirmaba Francisco. "Hemos llegado tan justos que no nos han dejado facturar. He tenido que tirar las maletas, con ropa, regalos y medicamentos a la basura porque si no no podía viajar", protestaba un pasajero mallorquín que había viajado a Colonia.

Nada más llegar a Palma, la protesta de los pasajeros mallorquines del vuelo RYR 9866 por la odisea vivida en Alemania era generalizada. "Estábamos en el avión antes de que empezara a nevar. Éramos los únicos que no despegábamos. No sé por qué", se quejaba una pasajera. A partir de entonces, la pesadilla acababa de empezar. La protesta se ha tornado pronto en un clamor. "Nos han tenido siete horas en el avión sin darnos ni agua. Ni siquiera a los niños", han protestado.

La coincidencia entre estos viajeros era unánime por el mal trato recibido por parte de Ryanair. "En todo este tiempo no he visto a nadie de la compañía. No nos han hecho ni caso", se quejaba una mallorquina que cogido el mismo vuelo aunque venía de Colonia.

"Lo único que querían era que nos fuésemos cansando. Nos hemos tenido que buscar la vida nosotros, pagando hotel y alojándonos lejos", aseguraba Leandro. De hecho, el grupo se había reducido sustancialmente. De los 180 pasajeros de Mallorca el número se había reducido a 50.

"Nos han dejado de la mano de Dios. Ni la compañía, ni el Consulado ni el aeropuerto nos han atendido", se quejaba otra pasajera. Alguno de estos pasajeros había hecho un periplo por tres hoteles. "Es caótico" o "una vergüenza" eran otras expresiones en la que coincidían los pasajeros para resumir el desconcierto y la ausencia de respuesta de la compañía aérea para paliar los estragos causados por la cancelación del vuelo por la compañía aérea.

Ante la adversidad, estos pasajeros damnificados se han convertido en un auténtico bloque y pretenden actuar todos a una. El primer paso que han hecho ha sido crear un grupo de Whatsapp, en Palma tienen previsto acudir a Consumo para poner una queja y, a continuación, interponer una demanda conjunta contra Ryanair. "No quiero que me cubran los gastos. Me tienen que indemnizar por todos los perjuicios que me han causado", afirmaba contundente un viajero mallorquín.