La Jefatura de la Policía Nacional está viviendo una temporada de cambios, motivados por el cambio de destino y jubilaciones de algunos de sus principales responsables. El comisario Alfonso Jiménez, hata ahora jefe de la Brigada de Extranjería, ha sido designado nuevo comisario provincial -en la práctica sería el número 3 de la Jefatura- y cubre así el vacío dejado por la jubilación de Miguel Guerrero. El que era el segundo de Jiménez, el inspector jefe José María Manso, es el nuevo jefe provisional de Extranjería. Pero hay más. La que hasta hace poco era la jefa de la Brigada de Seguridad Ciudadana, la comisaria Montserrat Marín, acaba de asumir la jefatura de la Comisaría de Palencia. Y de nuevo, el mando de la brigada queda provisionalmente a cargo del que hasta ahora era su segundo, el inspector jefe Fernando Corchero. Y los movimientos previsiblemente c0ntinuarán a principios del año que viene, pues el jefe regional de operaciones -el número 2 de la Jefatura, para entendernos-, el comisario Cristóbal Villalonga, se jubila en febrero.
Un taxista agradecido
Sobre la una y media de la madrugada del pasado 23 de noviembre, un taxista, de 61 años, recibió dos cuchilladas por parte de un supuesto cliente que había recogido en un salón de juegos de La Vileta, cuando se encontraba en el Camí dels Reis, entre Son Rapinya y Can Valero. El atracador huyó con la recaudación. El ataque con arma blanca afectó al cuello y al pecho del trabajador, que tuvo que ser trasladado en ambulancia a Son Espases, en estado grave, donde fue intervenido de urgencia. La operación fue un éxito y tras unos días en la UCI, una semana después había recibido el alta hospitalaria. El taxista, recuperado en tiempo récord, hizo honor al refrán que señala que "de bien nacido es ser agradecido". Expresó su agradecimiento a todos los servicios sanitarios por la exquisita atención recibida que le permitieron restablecerse de las graves heridas. El parabién fue extensivo desde los cirujanos que le operaron hasta los operadores telefónicos del Ib-salut, que atendió la llamada, a través del 061.
listos para pintar grafitis
Hace unos días una patrulla de la Policía Local de Palma sorprendió a un grupo de jóvenes agrupados en un parque de la capital balear. Por su indumentaria, los chicos tenían aspecto de ser pandilleros y despertaron las sospechas de los agentes. Cuando los policías se aproximaron al lugar, les encontraron decenas de sprays de pintura. El kit del perfecto grafitero para embadurnar las paredes y el mobiliario urbano. Como medida de precaución, anticipándose a lo que podría haber ocurrido, los policías les requisaron los botes de pintura.
Atrapados en el ascensor
La madrugada del pasado miércoles, un grupo de siete jóvenes hizo caso omiso al límite de capacidad de un ascensor y lo pusieron a prueba. El resultado fue fácilmente predecible. El elevador no pudo soportar el exceso de carga y se quedó atascado entre piso y piso. La Policía Local acudió en rescate de los imprudentes usuarios del ascensor. No hubo que lamentar víctimas. Eso sí, cuando los siete atrapados fueron puestos a salvo, los efectivos desplazados les recriminaron su inconsciencia. El máximo de personas permitido está para algo.
La universidad de la calle
Esta semana, en un juicio en la Audiencia de Palma contra un empresario mallorquín por apropiación indebida, el principal acusado se refirió a la formación académica de uno de sus hijos: "Ha cursado uno o dos años en la universidad. Pero se pegó a mí desde los 12 años. Se ha formado en la universidad de la calle".
