La Audiencia de Palma ha iniciado hoy el juicio contra seis jóvenes acusados de vender cocaína y marihuana en julio de 2016 en Magaluf. Los sospechosos son dos españoles, dos portugueses y dos británicos, tres de los cuales están en prisión, a quienes la Guardia Civil les intervino tres kilos de cocaína, sustancias de corte y marihuana. Todos ellos están acusados de un delito contra la salud pública, por el que la fiscalía reclama sendas penas de siete años de cárcel y una multa de un millón de euros.

Uno de los encausados, de origen gallego, ha reconocido hoy ante el tribunal de la sección segunda que en ocasiones vendía droga a algún vecino. "Tal vez medio gramo a un vecino", ha indicado. El hombre fue interceptado el pasado 29 de julio de 2016 por la Guardia Civil cuando se dirigía en taxi desde su domicilio en Palma a Magaluf con una mochila con dos paquetes que contenían dos kilos de cocaína.

"Cometí un error, me arrepiento", ha asegurado el sospechoso, que ha exculpado a su compañero de piso, también acusado en este caso. "Él no sabía nada de todo esto", ha añadido. El joven ha manifestado que en esas fechas no trabajaba y hacía entrenos personales de musculación. Según su versión, consumía a diario cada vez más cocaína. "Cada vez que entrenaba, me metía", ha explicado. Entre los sospechosos en este caso hay un boxeador.

El encausado se ha referido a los dos kilos de cocaína que le incautaron y ha alegado que una tercera persona, un británico llamado James que se encuentra en paradero desconocido, le entregó la mercancía para que se la guardara en su casa durante un mes y medio a cambio de una parte de la sustancia. "Vi una oportunidad, consumía para entrenar, casi cada día", ha apuntado. Sin embargo, a los veinte días se arrepintió de tener el alijo en su domicilio y quiso devolvérselo al británico. Cuando acudía a Magaluf con la cocaína, la Guardia Civil lo interceptó.

Los investigadores aprehendieron en su piso de Palma multitud de envoltorios con cocaína, sustancias de corte como cafeína y lidocaína y una bascula de precisión, entre otros efectos. El sospechoso explicó ayer que unos amigos le pidieron que les hiciera germinar unas semillas de marihuana y así lo hizo.

Niega vender droga

Su compañero de piso, también gallego, negó de forma rotunda en la vista oral haber traficado con droga. "Nunca en mi vida he vendido cocaína", recalcó.

Este joven admitió que pagaba 350 euros al mes de alquiler al primer sospechoso ya que ambos vivían en el mismo piso de Palma. El encausado también señaló que había alquilado un garaje porque no quería dejar su coche en la calle. Allí, ocultaba una plantación de marihuana. "Mi compañero no sabía nada de esto, no le dije nada", indicó.

Según su versión, los cerca de tres kilos de marihuana que le intervino la Guardia Civil en el garaje "eran para consumo propio, para todo el año". El sospechoso agregó: "La marihuana la compré a un chico, me salió barata. Yo entregué las llaves del garaje a la Guardia Civil. Cuando cogieron a mi compañero, me puse muy nervioso, me dijeron que si entregaba eso, me beneficiaría". El encausado destacó que los agentes no le leyeron sus derechos y que entonces consumía cocaína y cannabis.

En otro domicilio de Magaluf de otros acusados, los investigadores hallaron más de un kilo de cocaína. Un letrado defensor pidió la nulidad de la intervención telefónica a su cliente. Hoy prosigue el juicio en la Audiencia.