La mayoría de los empresarios afectados por el devastador incendio del pasado sábado en el polígono industrial de Marratxí se han conjurado, literalmente, para resurgir de las cenizas. Aunque los destrozos son innumerables, están dispuestos a reemprender el negocio en cuanto encuentren una nueva ubicación.

El fuego no se había dado ayer aún por extinguido. Un retén de Bombers de Mallorca permanecía ayer refrescando los rescoldos humeantes. No obstante, el acceso a las instalaciones era más factible que en los días anteriores. El humo tóxico del lunes ya se había disipado, aunque no en su totalidad. También existía un riesgo real de derrumbe.

Lluís Abadia es uno de los empresarios más afectados por el voraz incendio en Marratxí. Su empresa de souvenirs había quedado completamente destrozada. De hecho, solo en género cifraba las pérdidas en dos millones de euros.

"No es que el fuego haya afectado mucho. Todo esta destrozado y el género se ha perdido", subrayó el propietario de Lluís Abadia SL. El empresario se mantenía a una distancia prudencial, ya que no podía adentrarse en sus instalaciones por el riesgo que suponía. "El fuego no está extinguido", precisó.

Agradecimiento a los bomberos

Pese a esta inmensa contrariedad, Abadia quiso hacer un llamamiento a todos sus clientes, desde el mismo lugar del desastre, para que mantengan su confianza intacta. "Todo el género está asegurado. Buscamos una nueva ubicación y el negocio seguirá en marcha", recalcó.

La nave de Lluís Abadia SL se encuentra situada a escasos metros de Samarretes Mallorca, la auténtica zona cero y el lugar donde se localizó el foco del incendio. Ambas instalaciones quedaron completamente destruidas y su estructura seriamente dañada por la acción del fuego.

No obstante, Abadia ensalzó la labor de los servicios de extinción de incendios para contener el avance de las llamas. "Han hecho un trabajo muy bueno. Consiguieron salvar muchas naves del fuego. Cuando llegaron a mi negocio, ya no se podía hacer nada", reconocía resignado este empresario.

Los peritos de las aseguradoras de diferentes negocios hicieron acto de presencia. Aunque en muchos casos no pudieron adentrarse en las instalaciones por el peligro que representaba. Los bomberos permanecían en el lugar, pertrechados tras mascarillas, para evitar respirar las partículas tóxicas en suspensión.

Los interrogantes se siguen concentrando en Samarretes Mallorca. Los investigadores de la Guardia Civil tienen grandes dificultades para averiguar qué desencadenó el incendio.