David Cano se sentía ayer tremendamente afortunado por haber esquivado el desastre 'in extremis'. El dueño de Label Sat, una empresa de fabricación de maquinaria, había salvado la práctica totalidad de su material. Una de sus paredes era colindante con la nave de Samarretes Mallorca, donde se inició el fuego.

"Estaba trabajando y oí un ruido que creía que eran petardos. Cuando salí, vi unas llamas enormes. Nunca he visto nada igual. Eran el doble de la nave", explicaba ayer el empresario. David Cano expresó su inmensa gratitud a los servicios de extinción. "Los bomberos han hecho milagros para apagarlo", recalcó.

La otra cara de la moneda, era la plantilla de Samarretes Mallorca. Cariacontecidos y desolados, los trabajadores acudieron ayer a su puesto y comprobaron 'in situ' la magnitud de los destrozos en la nave industrial. Todavía no sabían a ciencia cierta si su relación laboral seguiría o la empresa se vería obligada a despedir a buena parte del personal.

Por su parte, Mateo Crespí, el padre del empresario de Panadería s'Estació, acudió a comprobar el alcance de los daños. "Mañana nos han dado autorizacion para sacar el género para poder trabajar. Si no se echará a perder", abundó. Todavía desconocía si la maquinaria estaba estropeada. "Hasta que no la volvamos a poner en marcha no lo sabremos. Los bomberos echaron mucha agua y quizás estén dañadas", señaló.

Mientras, Lina había tenido que acercarse al IES Marratxí. El mayor acudió a clase."No han podido salir al patio y han tenido que permanecer con las ventanas cerradas", indicó. A los niños con problemas respiratorios se les permitió salir antes y luego se hizo extensivo al resto de alumnos. Muchos menores lo aceptaron de muy buen grado.