Tres naves devastadas en el gran incendio industrial del polígono de Marratxí se tendrán que derruir y levantar de nuevo. Estas empresas quedaron completamente arrasadas por el fuego. Los Bombers de Mallorca dieron por controlado ayer a primeras horas de la mañana el aparatoso siniestro que desde el sábado al mediodía quema en el polígono. El balance es desolador. Diez naves resultaron afectadas por el voraz fuego. Tres de ellas quedaron totalmente destruidas por las llamas, mientras que otras siete sufrieron daños, pero de menor consideración y se podrán salvar.

Las empresas devastadas son una de estampación de camisetas y serigrafía donde presuntamente se inició el incendio, unas oficinas aledañas y otra distribuidora de productos de souvenir. La primera cuenta con una gran nave de unos 3.000 metros cuadrados que ha sido pasto de las llamas. Todo lo que hay en su interior se ha quemado, tanto la maquinaria como vehículos, productos, tejidos y material diverso. La estructura está muy afectada y se tendrá que echar abajo y construir de nuevo.

El hecho de que se haya calcinado por completo dificultará sobremanera la investigación de la Policía Judicial de la Guardia Civil para saber las causas del grave siniestro. Los agentes tendrían que recurrir a testigos para recabar información sobre cómo y por dónde se iniciaron las llamas. "Pudo ser un pequeño cortocircuito que afectó a un aerosol y a partir de ahí se desató el fuego, creo que no se podrán saber las causas", aventuraba ayer un veterano bombero.

Otro de los negocios destruidos es el de los artículos de souvenir. Esta nave, de unos 800 metros cuadrados, también quedó devastada. Allí se almacenaban todos los productos preparados para la próxima temporada turística, por lo que los daños ascienden a unos dos millones de euros. Y, a todo ello, hay que añadir el coste de levantar de nuevo una nave industrial, cerca de un millón de euros más. Por tanto, las pérdidas económicas que ha dejado el gran incendio industrial de Marratxí son millonarias.

Frente a este panorama desolador, otras siete empresas tuvieron más suerte y podrán salvarse, ya que los daños materiales fueron mucho menores. Es el caso de un taller mecánico, un taller de aluminio, una panificadora y una empresa de pinturas. Los talleres se vieron afectados en las paredes medianeras que se agrietaron y la panificadora, también, junto al plástico del techo que se cayó. En estos negocios se salvó la maquinaria y la estructura de sus naves no sufrió desperfectos, por lo que podrán reformarse parcialmente. Los bomberos también lograron salvar todo un flanco de empresas de la manzana siniestrada.

Una veintena de bomberos de los parques de Inca, Felanitx, Santa Ponça y Manacor trabajaron durante toda la noche del sábado y la madrugada de ayer para frenar el devastador incendio, que se inició presuntamente en la empresa de estampación de camisetas y rotulación ubicada en la calle Licorers, esquina con el Camí de Muntanya, sobre la una y cuarto del mediodía del sábado.

Veinte horas fuera de control

Casi veinte horas más tarde, a las ocho de la mañana de ayer, los especialistas controlaron el aparatoso siniestro. Ayer al mediodía, todavía había llamas y rescoldos en el interior de los almacenes, pero el fuego no avanzaba.

Los bomberos de los parques más alejados se retiraron por la mañana y en la zona continuaron trabajando los efectivos de Inca. Una decena de bomberos permaneció ayer todo el día en el lugar y estaba previsto que un retén se quedara durante la madrugada de hoy.

Las tareas para sofocar el incendio fueron dificultososas. El fuego era muy aparatoso e iba quemando lentamente los objetos y el material que se acumulaba en las naves industriales. Entre estos productos, había algunos altamente combustibles como disolventes o aerosoles, lo que supuso un obstáculo para los bomberos. Esto explicaría las pequeñas explosiones como petardos que escucharon los testigos tras declararse el fuego. La zona siniestrada ayer por la mañana quedó delimitada y no había peligro de que las llamas se propagaran.

Los peritos aún tenían que revisar las naves quemadas. Las estructuras quedaron muy afectadas. El tejado de varios negocios ayer había desaparecido por completo y los hierros de la estructura estaban retorcidos. A 500 grados este tipo de vigas se deforman, según precisó un sargento de los bomberos. Pequeñas columnas de humo seguían ayer ascendiendo de forma desafiante y dentro de las naves continuaban quemando varios focos. Los bomberos no dejaron de trabajar.