Un acusado ha aceptado hoy en la Audiencia de Palma una pena de dos años de prisión por abusar sexualmente de la hija de su pareja entre 2015 y 2016, cuando la menor contaba nueve y diez años.

El hombre, español de 38 años, se ha declarado autor de un delito de abuso sexual ante el tribunal de la sección segunda. "Me arrepiento de los hechos", ha manifestado ante la sala. Además de los dos años de cárcel, se ha conformado también con la prohibición de aproximarse a menos de 500 metros y comunicarse con la víctima por un periodo de diez años. Y, en concepto de responsabilidad civil, deberá pagar 12.000 euros a la perjudicada por los daños morales ocasionados.

El sospechoso no ingresará en prisión porque se le suspenderá la pena por un periodo de cinco años, tal como han acordado hoy las partes personadas. El tribunal le suspenderá la condena con la condición de que no vuelva a delinquir, que pague el resto de la indemnización a la víctima y que se no se acerque a ella ni se comunique durante el plazo de la suspensión.

El acusado inicialmente se enfrentaba a una petición de pena por parte de la fiscalía de seis años de cárcel por un delito continuado de abuso sexual. Mientras, la letrada de la acusación particular, Dolores Puertas, solicitaba diez años de prisión por agresión sexual. Hoy al mediodía, el abogado defensor Gaspar Oliver ha alcanzado un acuerdo con las acusaciones y el encausado finalmente ha confesado los hechos ante la sala.

Los abusos sucedieron entre diciembre de 2015 y el mes de mayo de 2016, cuando el sospechoso, con ánimo libidinoso, aprovechó las ocasiones en las que se encontraba a solas con la hija de su entonces pareja, que en aquellas fechas contaba nueve y diez años, en el domicilio familiar para someterla a tocamientos íntimos. Según la versión de la fiscalía, abusaba de la menor con el pretexto de darle masajes en distintas partes del cuerpo. También la besaba de forma lasciva en la boca y en el rostro y se rozaba con ella. Durante estos episodios no utilizó la violencia ni la intimidación ni consta acreditado que hubiera acceso carnal, según el ministerio público.

Como consecuencia de estos hechos en los que violentó la indemnidad sexual de la niña, la víctima presenta un cuadro de tristeza y miedo y ha estado sometida a tratamiento psicológico.