El de ayer fue un día muy largo para las 600 personas que iban a bordo del ferry siniestrado. El susto por el incendio a bordo, la inquietud por el estado de sus vehículos y sus pertenencias y la incertidumbre sobre cómo llegar a su destino final, el puerto de Argel, hicieron mella con el paso de las horas. "Ha habido conatos de violencia y muchos nervios", revelaba el alcalde de Alcúdia, Antoni Mir. La situación fue reconducida por los equipos de emergencias, que con traductores de francés improvisados apaciguaron los ánimos y se volcaron en ofrecer comida y bebida a los afectados para hacer lo más llevadera posible su accidentada estancia en Mallorca.

Los 470 pasajeros que iban a bordo del barco incendiado son mayoritariamente argelinos y solo cuatro de ellos tienen pasaporte francés. Regresaban a su país tras visitar a sus familias en el país galo, en coches y furgonetas cargados de productos y mercancías. Uno de ellos, atestado de productos pirotécnicos para su venta en fiesta religiosa que se celebra a principios de diciembre, podría ser el origen del incendio según fuentes de los servicios de emergencias, que precisaron que las pesquisas están todavía en fase inicial y que ni siquiera está claro si será la Guardia Civil o las autoridades argelinas quien se encargue de la investigación.

El origen extracomunitario de los afectados, sin visado para permanecer en España, supuso una dificultad añadida para gestionar su atención. La brigada de Extranjería de la Policía Nacional se movilizó para controlar sus documentaciones. La burocracia impedía darles libertad de movimientos, por lo que quedaron confinados en la estación marítima a la espera de darles una solución para salir de Mallorca.

Al mediodía, cuando los bomberos dieron el visto bueno, empezaron a desembarcarse los coches que se habían salvado. Por megafonía se iban cantando las matrículas para que sus propietarios comprobaran su estado.

El barco siniestrado no puede navegar hasta que se repare el timón. El Tariq Ibn Ziyad fue construido en Valencia y entró en servicio en 1995. Tiene 153 metros de eslora por 25 de manga, con una capacidad máxima de 1276 pasajeros y 500 vehículos, informa Manuel R. Aguilera.

A la espera de un tercer ferry

La naviera Algerie Ferries desvió de su ruta a otro barco, el El Djazair II, que llegó de madrugada a Alcúdia para recolocar a los afectados. Se ofreció a los pasajeros continuar ayer mismo en este ferry el viaje hasta su país. La mayoría se negó a hacerlo. Primero, porque no querían marcharse de Mallorca sin recuperar su automóvil y sus pertenencias; segundo, porque el destino de este buque era Orán, a más de 400 kilómetros de Argel.

Finalmente, los 470 pasajeros fueron alojados entre el El Djazair II y dos hoteles de la zona. Los 300 que viajaban con vehículo fueron conducidos, custodiados por la Policía, a los establecimientos hoteleros y los otros 170 pasaron la noche en el ferry. Los automóviles que no resultaron afectados quedaron bajo vigilancia en el puerto. Hoy está previsto que un tercer buque llegue a la isla para llevarse definitivamente a los afectados.