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Entrevista

"La Policía de Proximidad es primordial para detectar la presencia de terroristas yihadistas"

Mejorar la planificación de los servicios y acercar la Policía al ciudadano, objetivos del nuevo jefe de Llucmajor

Sergi Torrandell, en su despacho del cuartel de la Policía Local de Llucmajor.

Lleva un mes al frente de la Policía Local de Llucmajor. ¿Cómo ha encontrado el cuerpo?

Cuando llegas a un nuevo destino siempre tienes que saber como está. He hecho un análisis denominado DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades), tanto en factores internos como externos. Por ejemplo, entre las fortalezas está la plantilla, los profesionales de la Policía. Y entre las debilidades está el enfrentamiento entre la parte sindical y los cargos políticos del Ayuntamiento. Esta es una debilidad que tenemos que solucionar. Entre las amenazas estaría el cambio de jefatura, que ha supuesto cambios en la forma de trabajar y puede causar un impacto. Y las oportunidades, pues, por ejemplo, ahora mismo vengo de una reunión con la Guardia Civil en la que hemos tratado la posibilidad de patrullas y servicios conjuntos.

¿Cuáles son sus prioridades ahora mismo?

Ahora mismo y siempre. Si piensa en una empresa privada, hay tres elementos a tener en cuenta: trabajadores, patronal y clientes. En el caso de la Policía, los trabajadores son los agentes , a los que debo escuchar. Los clientes son los ciudadanos, a los que servimos. Y tenemos a los políticos, los representantes del pueblo, y que marcan las políticas en seguridad. Esas son mis tres prioridades.

Pero a veces no es fácil conjugar esos tres objetivos.

Siempre es difícil. Pero mi trabajo consiste en buscar estrategias para atender las tres. Y hoy por hoy lo estamos consiguiendo.

Uno de los principales problemas de la Policía Local de Llucmajor

Yo no diría que el problema ha sido el excesivo coste de horas extras. El problema ha sido la mala planificación. Había servicios que podían ser cubiertos, pero se recurría a las horas extras, y había ocasiones que se necesitaban solo unas determinadas horas extras, pero se ponía toda una jornada. De todas formas insisto en que no ha sido culpa de los policías, sino de una mala planificación.

¿Y cree que con una buena planificación se puede reducir el coste de estas horas extras?

Ya se ha reducido. Si mira el coste de los servicios durante la Fira del año pasado, hubo un total 297 horas extras. Este año ha habido menos personal de servicio ordinario, pero solo se han producido 94 horas extras. Y las necesidades se han cubierto igual.

Otra cuestión polémica es el exceso de bajas en la plantilla, que en algunos casos llegaban a ser sospechosas.

Las bajas se han reducido un poco, porque también había una cuestión que son las exenciones médicas. Sobre estas restricciones médicas ya he advertido a la empresa que hace las revisiones de que un médico no me puede decir dónde tiene que ir a trabajar un policía. El servicio de prevención me puede decir qué es lo que no puede hacer un agente. Lo que no me va bien es que un médico me dijera que un agente tiene que trabajar en el CAT. Porque, entre otras cosas, el médico no sabe lo que es el CAT...

Ni yo. ¿Qué es el CAT?

El CAT es el Centro de Atención Telefónica, el despacho donde se reciben las llamadas a la Policía. El caso es que había muchas recomendaciones médicas que se excedían del ámbito de prevención de riesgos laborales.

¿Y respecto a las bajas, ha detectado casos de fraude?

Las bajas las firma siempre un médico. Recientemente hemos tenido dos bajas por agresiones durante el servicio, que están plenamente justificadas. Y las otras, si yo voy al médico y el médico me dice que necesito reposo porque tengo un proceso gripal, yo no puedo discutirle al médico. Y todas las bajas a fecha de hoy están justificadas.

¿Qué porcentaje de bajas hay en la actualidad?

A fecha de hoy, sin incluir las que son por accidente laboral, estamos hablando de unas diez personas de baja.

Sobre una plantilla de...

107, sería menos de un 10%.

¿Es un porcentaje normal?

Entra dentro de los parámetros normales. Hay que tener en cuenta que la Policía es un colectivo de riesgo.

¿Considera que esa plantilla de 107 personas es suficiente? ¿Hay planes para aumentarla?

Siempre es suficiente y nunca es suficiente. Me explico: siempre es suficiente para dar cobertura a los servicios, pero cuanta más plantilla tienes, más problemas puedes abordar. Por ejemplo, si tuviéramos una plantilla mayor, podríamos tener una unidad de prevención de violencia de género, que no tenemos. Una de mis prioridades es potenciar la figura del policía de proximidad. Que el policía esté integrado en el municipio, que sea un ciudadano uniformado, que vaya por la calle y los vecinos contacten con él, que lo vean como una figura de convivencia. Se trata de acercar el policía al ciudadano.

A este respecto también hay quejas sobre las escasa presencia policial en los núcleos del municipio.¿Cree que están justificadas estas quejas?

Visto desde fuera, sí. Ha faltado planificación para poner policías en lugares y momentos estratégicos. Hay sitios donde no puedes patrullar a pie, como las urbanizaciones, pero en cambio, en la Vila o en s'Arenal sí se podrían hacer patrullas por rutas peatonales, para que el ciudadano vea e interactúe con el policía.

¿Y tiene previsto hacerlo en breve?

Lo estamos empezando a abordar. Plantear, por ejemplo, que el agente que va a cubrir un servicio en un colegio, deje el coche fuera del paseo peatonal y haga todo el paseo peatonal a pie. Son pequeñas estrategias, aunque no podemos cambiar la dinámica de la Policía de hoy para mañana. Son cosas que se van a cambiar paulatinamente. Y vuelvo a repetir que me he encontrado una predisposición excelente por parte de la plantilla para intentar llegar a acuerdos y hay que aprovecharlo.

Llucmajor tiene unas características muy especiales: un término municipal muy extenso, con distintos núcleos con necesidades muy diferentes. ¿Qué es lo más complicado?

El primer día que llegué pedí las estadísticas para saber dónde y cuándo teníamos los requerimientos, para poder destinar las unidades en función de las necesidades. Si, por ejemplo, el 80% de los requerimientos en las urbanizaciones son a partir de una hora de la tarde, podríamos destinar las unidades a s'Arenal, que requiere presencia durante la mañana. Por eso son útiles los datos estadísticos, porque sin una buena planificación difícilmente podremos actuar en los diferentes núcleos. La estadística hasta ahora no se sacaba, y las patrullas se enviaban una a Llucmajor, otra a s'Arenal y otra a las urbanizaciones. Hay que cambiar esta dinámica. Hay que saber dónde se producen las incidencias para cubrir las necesidades. Y luego, el segundo paso, acortar los tiempos de respuesta. Reducir el tiempo que pasa desde que nos requiere un ciudadano hasta que llegamos al lugar. Son cosas que tenemos que planificar bien.

Los sindicatos policiales han mantenido hasta ahora un claro enfrentamiento con el Ayuntamiento. ¿Se ha reunido ya con ellos? ¿Cómo ha sido recibido?

Me reúno cada semana con los representantes sindicales. Ellos reivindican sus derechos laborales y yo reivindico sus obligaciones, que también tengo derecho a ello. Mi relación con los sindicatos es excepcional, porque hay voluntad de diálogo, de acercar posturas. Esto se lo he transmitido al equipo de Gobierno, que tiene la misma actitud para dialogar y llegar acuerdos.

¿Se puede decir que Llucmajor es un lugar seguro?

He revisado ya algunas estadística y, salvo algunos episodios concretos en s'Arenal, por ejemplo, tiene un índice de delincuencia bastante bajo. Es verdad que a veces hay infracciones de carácter administrativo que generan inseguridad, como la venta ambulante.

Recientemente ha participado en las jornadas que ha organizado la Guardia Civil sobre la lucha antiterrorista. ¿Cuál sería el papel de la Policía Local frente a un ataque yihadista?

La conclusión es que la Policía Local tiene que estar en todo momento coordinada con la Guardia Civil o la Policía Nacional en función de la demarcación. Y si se encuentra con el hecho tiene que actuar, pero hay que tener en cuenta que nosotros no tenemos armas largas. Hay que pensar que no podemos actuar ante alguien que tenga un kalashnikov. Lo prioritario es mantener una coordinación permanente, detectar que haya algún ciudadano en Llucmajor con una conducta anormal y pasar esta información a la Guardia Civil. Esta es nuestra primera línea.

Pero si se produce un ataque en Llucmajor, seguramente llegarán los primeros. ¿Están preparados?

Evidentemente, tendremos que actuar. En las jornadas se han establecido líneas de actuación, aunque se recalca que lo prioritario es el trabajo de información. Lo más importante es la prevención. Detectar si algún ciudadano puede haberse radicalizado.

¿Y han detectado algún movimiento extraño en este sentido en Llucmajor?

No.

El fenómeno yihadista ha extendido su amenaza de una forma horizontal. Ya no atentan contra un personaje o un evento concreto, sino que su objetivo puede ser cualquiera.

Su objetivo es la cultura occidental. Cualquier cosa que sea un ataque a la forma de vida occidental les sirve. Además, es distinto a un ataque terrorista convencional, donde lo primero que hace el terrorista es preservar su integridad. Son ataques cobardes, donde ponen una bomba y se van. Mientras que estos quieren morir. De hecho, en los atentados en Cataluña, los terroristas mostraban falsos cinturones explosivos para ser abatidos, para morir. Es muy difícil de combatir. Por eso es primordial el trabajo de prevención y ser capaces de detectar estos cambios en nuestro entorno. Por eso es tan importante la Policía de Proximidad, integrada en el entorno, con contacto directo con los vecinos.

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