La Audiencia de Palma ha condenado a doce años de prisión a un hombre por violar y abusar sexualmente de una menor discapacitada, la hijastra de su cuñada, cuando tenía 12 y 15 años en la zona de es Raiguer. El procesado, de 38 años y de origen colombiano, ingresó ayer por la mañana en la cárcel de la ciudad por orden del tribunal de la sección segunda, después de que le comunicaran la sentencia.

El hombre compareció ayer en el palacio de Justicia y, una vez le informaron del fallo y de que iba a ser encarcelado, una pareja de la Guardia Civil lo condujo en coche hasta el centro penitenciario de Palma.

El juicio se celebró el pasado lunes en la Audiencia de Palma y el sospechoso negó los cargos. La sala ahora le ha impuesto doce años de prisión como autor responsable de dos delitos de abusos sexuales, uno de ellos con acceso carnal, con las circunstancias agravantes de enfermedad y prevalimiento. También le prohíben acercarse y comunicarse con la víctima durante 14 años y fijan el mismo periodo de tiempo de libertad vigilada. En concepto de responsabilidad civil, la sección segunda le ha impuesto una indemnización de 9.000 euros por el daño moral causado.

Según se declara probado en la sentencia, que aún no es firme, el procesado mantenía una relación de parentesco político con la menor cuando ocurrieron los hechos. Era su tío político. La víctima tiene reconocida una discapacidad psíquica del 35 por ciento por inteligencia límite. Esta situación es fácilmente perceptible cuando uno está con ella y conversa con ella. Esta patología, aunque leve, se refleja en su forma de ser al tratarse de una menor muy ingenua, infantil, muy buena de comportamiento y de fácil relación, todo lo cual hace que sea una persona sincera y no tenga tendencia natural a la mentira ni a la fabulación o la invención, según destaca el tribunal.

En casa de su padre

Cuando la niña contaba con 12 años y cursaba primer curso de la ESO, se quedó a solas con el acusado en la que entonces era la casa de su padre, una vivienda de campo a las afueras de un pueblo de es Raiguer. El sospechoso estaba allí alojado hasta la llegada de su familia de Colombia. En esa situación, prevaliéndose el hombre de la diferencia de edad existente, de la patente discapacidad de la menor y de la confianza derivada de la relación familiar y de convivencia, se dirigió a la habitación en la que se encontraba la niña jugando a la videoconsola, le bajó los pantalones y su ropa interior y la forzó.

Unos años después, el 14 de mayo de 2014, cuando la víctima tenía 15 años, el procesado, aprovechando que el padre de la menor los había dejado en coche en la plaza del pueblo, siguió a la perjudicada hasta el estanco, donde ella compró unas chucherías. Luego, prevaliéndose de la relación de parentesco y confianza existente entre ambos, la llevó hasta una casa que estaba reformando. Allí, él cerró la puerta con llave, le bajó de nuevo los pantalones y la ropa interior y trató de violarla en tres ocasiones, sin llegar a conseguirlo. Acto seguido, permitió que la menor se marchase de la vivienda.

La perjudicada salió corriendo muy alterada hasta llegar a la altura del supermercado, donde se encontró a la pareja de su padre. La adolescente se quedó con ella porque no quería estar sola y, una vez en el domicilio, se puso el pijama en seguida al sentirse sucia, cosa que normalmente no solía hacer, según confirmaron sus familiares.

Al día siguiente, la menor, muy afectada, contó lo ocurrido a unas amigas del instituto, que, a su vez, informaron a las profesoras. Las educadoras alertaron a los padres de la alumna y estos interpusieron una denuncia. El 17 de mayo de 2014 un juzgado de Inca prohibió al sospechoso comunicarse y aproximarse a la víctima.