La Policía Nacional arrestó el martes en Palma a un anciano de 82 años que ha sido denunciado por su empleada de limpieza, una mujer peruana de 44 años, por haberla sometido a repetidos abusos sexuales durante los quince días que ha trabajado en su casa. Según la denunciante, a los pocos días de empezar a limpiar en el domicilio, el hombre empezó a darle palmadas en los glúteos, y en los días siguentes las agresiones fueron en aumento, hasta que tuvo que huir corriendo del domicilio. Tras ser arrestado, la Policía dejó en libertad presunto agresor en atención a su edad, aunque será citado para declarar en el juzgado.

Según informaron fuentes de la Policía Nacional, la víctima acudió a la Jefatura de Palma el pasado martes por la tarde para interponer la denuncia. Según explicó, había estado trabajando durante quince días como empleada de la limpieza en el domicilio de un anciando de 82 años, en la calle Gaspar Bennàssar. Durante los primeros cinco días, todo discurrió con normalidad, pero a partir de entonces el anciano empezó a darle palmadas en los glúteos y a pedirle que se quedara a dormir con él.

Ella le dijo que dejara de tocarla y se negó en todo momento a sus peticiones, pero el anciano no le hizo caso, y mantuvo su acoso.

El pasado domingo, sobre las once de la mañana, el hombre se quejó de un dolor en las piernas y le pidió a la empleada que le aplicara una crema. Mientras lo hacía, el anciano hizo ademán de quitarse los pantalones, pero la mujer le pidió que no lo hiciera. En ese momento, el hombre le cogió la mano por la muñeca y la obligó a tocarle los genitales. Cuando la mujer se apartó, el hombre se mostró enfadado.

Según la denuncia, la siguiente agresión se produjo el pasado martes. La mujer estaba trabajando en la casa cuando el hombre la abordó por la espalda y la agarró de los pechos. La mujer volvió a rechazarle y se marchó de la casa.

Esa tarde, la trabajadora volvió al domicilio con la intención de cobrar el dinero que le debía. La mujer intentó evitar entrar en la casa, pero el anciano la agarró del brazo y la hizo pasar.

Una vez dentro, el anciano insistió en que debían hablar de sus "problemas". La mujer le dijo que no iba a consentir que la tocara. pero el hombre la cogió de nuevo de la muñeca y le manoseó el pecho y los genitales.

La trabajadora logró rechazarle y salió corriendo de la casa. Fue directamente a la Jefatura de Policía y presentó una denuncia, en la que relató todos los abusos que había sufrido a manos del anciano.

Esa misma tarde una dotación policial se presentó en el domicilio y arrestó al anciano como presunto autor de un delito continuado de abusos sexuales. El hombre fue trasladado a la comisaría, donde prestó declaración. La Policía le dejó en libertad posteriormente en atención a su avanzada edad, si bien será citado para que comparezca en los próximos días en el juzgado.