La celebración el pasado lunes en Palma de la fiesta de la Merced, patrona de las prisiones, dejó una imagen cuando menos curiosa. El coronel jefe de la Guardia Civil, Jaime Barceló, estuvo departiendo con evidente buen rollo con el presidente del Parlament, Baltasar Picornell. Parece que han quedado atrás las rencillas por el día en que Balti fue desalojado y multado por la Guardia Civil cuando protestaba contra el Correbou de Fornalutx. El oficial y el político se mostraron sonrientes y cómplices, y parece que el podemita se comprometió a no faltar a la próxima la fiesta de la Benemérita, el 12 de octubre.
Molestos con las apreturas
El conflicto que los funcionarios de la cárcel mantienen abierto llevó a trasladar la lectura de los discursos a una de las salas de la Delegación del Gobierno. Algunos de los asistentes se mostraron disgustados por las apreturas y, encima, tener que compartir el pequeño espacio con los periodistas que cubrían el acto.
Un teléfono con guarrerías
Hace varios días una mujer de avanzada edad acudió a un comercio de confianza en el centro de Palma para pedir al tendero un favor. Su hijo le había dado su teléfono móvil para que lo utilizara y la anciana descubrió multitud de vídeos porno. La mujer, angustiada ante lo que ella calificó como "guarrerías", solicitó al comerciante si le podía borrar todos esos archivos ya que ella no sabía como eliminarlos. El tendero se armó de paciencia y, tras visionar una a una las grabaciones eróticas, las fue haciendo desaparecer.
"Esto no es un pub"
La semana pasada un acusado estaba repantigado en el banquillo de los acusados mientras era juzgado por un atraco a mano armada en una tienda de compraventa de oro en Palma. La magistrada no tuvo más remedio que llamarle la atención por su actitud despreocupada e irrespetuosa. "Esto no es un pub, siéntese bien, por favor", le indicó la juez. El acusado, desorientado, se incorporó y corrigió su postura sentándose correctamente en el banquillo.
Recuperado tras el atropello
Esta semana ha recibido el alta y ya está trabajando el guardia civil herido tras ser atropellado por un miembro del clan de ´Los Lobato´ que se dio a la fuga hace más de un mes en Petra. El agente fue arrollado y arrastrado varios metros por un coche que conducía uno de los sospechosos. Los investigadores sorprendieron 'in fraganti' a la banda cuando se disponía a asaltar una vivienda de noche en Petra. Varios integrantes trataron de escapar y uno de ellos embistió con el coche al guardia civil. A la mañana siguiente, el instituto armado logró desarticular todo el grupo, unos veteranos, que presuntamente llevaban más de 30 años cometiendo robos con fuerza en domicilios y empresas de la isla.
Comparaciones odiosas
Un acusado de amenazar a trabajadores del Consell durante una acampada reivindicativa que duró un año y medio trató de comparar durante el juicio su reivindicación con la de algunos referentes históricos. "Levantaba el puño como símbolo de lucha, como hacían Martin Luther King y Nelson Mandela". A la magistrada no le gustó el símil: "No se compare con estas personas", le espetó.
Demasiado sospechoso
Un grupo de jóvenes circulaba el pasado miércoles por Can Pastilla dando el cante. El conductor del coche realizaba bruscas maniobras a gran velocidad, dejando además a su paso un intenso olor a marihuana. Varios testigos, alarmados por el peligro que suponía el vehículo para el resto de usuarios, llamaron a la Policía Local. Varias patrullas acudieron al lugar para intentar interceptar el turismo.
Un okupa peculiar
Un vecino de Palma salió de su casa y descubrió que tenía un okupa. Un hombre al que no conocía de nada se había aposentado en el porche de la vivienda. Le preguntó si quería algo y acabó pidiéndole que se fuera de allí. Pero el intruso se negó una y otra vez, por lo que tuvo que intervenir la Policía Local.
Ruidosa protesta en los juzgados de Vía Alemania
Un grupo de personas se concentró el pasado viernes frente a los juzgados de Vía Alemania para protestar contra algunas decisiones del Institut Mallorquí d´Afers Socials (IMAS). Tenían un megáfono y artilugios que hicieron llegar su reivindicación a todo el edificio judicial.
