El fiscal pide penas que suman 19 años de prisión para cuatro hombres acusados de vender cocaína en el piso que compartían en la barriada palmesana de Santa Catalina en el verano de 2015. Los sospechosos, uno de los cuales ya fue condenado por tráfico de drogas, alegaron ayer durante el juicio que en aquella época tenían una gran adicción a la droga y están ya en fases avanzadas de rehabilitación.

El ministerio público sostiene que los procesados utilizaban el domicilio común, en la calle Sobreposats, como punto de venta de cocaína, y les imputa sendos delitos contra la salud pública. En su vivienda, los agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera que los investigaron hallaron más de 40 gramos de cocaína y 2.500 euros en efectivo. El fiscal solicita cinco años y medio de cárcel para uno de ellos, al que aprecia la agravante de reincidencia, y cuatro años y medio para el resto, así como multas de 6.000 euros.

Durante la vista oral celebrada ayer en la Audiencia de Palma, los acusados -de entre 31 y 39 años- solo respondieron a las preguntas de sus letrados, Carlos Portalo, Vicente Campaner y el exfiscal de la Audiencia Nacional Ignacio Gordillo. Ninguno de ellos admitió haberse dedicado a la venta de estupefacientes. Sus declaraciones abundaron en la grave adicción a la cocaína que sufrían en aquella época. "Tenía mucha adicción, empecé a consumir con 15 años", dijo uno de ellos. "Trabajaba como mayordomo, no tenía necesidad de traficar", aseguró otro. Los cuatro explicaron que tras su detención a finales de agosto de 2015 empezaron a someterse a programas de desintoxicación, que por el momento han sido exitosos.

Los abogados defensores plantearon al inicio de la vista varios cuestiones que, a su entender deben servir para anular todo el procedimiento judicial y absolver a los encausados. Entre ellos, la falta de competencia del Servicio de Vigilancia Aduanera y la vulneración del derecho al secreto de las comunicaciones por los pinchazos telefónicos a los sospechosos. El tribunal anunció que resolverá estas cuestiones en la sentencia.

Durante el juicio, la sala escuchó varias conversaciones sobre supuestas ventas de drogas por parte de los acusados a numerosos consumidores.