El profesor del colegio Madre Alberta de Palma imputado por homicidio imprudente por el atropello mortal de una alumna de 14 años el pasado 26 de abril cuando realizaba una actividad escolar de orientación en las inmediaciones del centro educativo alegó ayer ante la juez que investiga el caso que la menor cruzó la calle antes de que él se lo ordenara. El docente se exculpó y negó haber actuado de forma negligente durante su declaración judicial en calidad de investigado. Según su versión, la menor, que falleció el 3 de junio en el hospital de Son Espases debido a las gravísimas lesiones sufridas al ser arrollada por un taxi, salió a la calzada sola por voluntad propia sin que él le hubiera dado el visto bueno para empezar la prueba.

El maestro denunciado insistió en que él no le dio la orden de cruzar la calle Miguel Lladó y tampoco la cogió del brazo. Según recordó, se dirigió a la adolescente y le comunicó que se preparara porque había llegado su turno y en 30 segundos le tocaba salir. En esos momentos, el profesor hablaba con otros alumnos, de espaldas a la calzada, cuando la víctima se dispuso a cruzar y fue arrollada por un taxi, según el denunciado. Así, no vio el atropello, sino que escuchó un fuerte golpe, que hizo que la menor saliera despedida 26 metros.

Por su parte, el taxista que embistió a la perjudicada, que también prestó declaración ayer por la mañana en calidad de investigado ante la magistrada del juzgado de instrucción número 5 de Palma, recalcó que no circulaba a una velocidad excesiva y que, además, iba atento a la carretera. El conductor explicó que incluso aminoró la marcha en ese tramo, pero no pudo precisar la cifra exacta en la que redujo la velocidad.

El chófer detalló que en todo momento iba a una velocidad permitida, a menos de 50 kilómetros por hora, que es el límite máximo en esa zona. El hombre ratificó lo que ya manifestó meses antes ante los investigadores de la Policía Local de Palma. Según su versión, la víctima salió de repente de detrás de un camión y no tuvo tiempo de reacción. Según añadió, él se hallaba a menos de un metro cuando la peatón cruzó.

El taxista denunciado insistió en que iba a menos de 50 kilómetros por hora por ese tramo, si bien el atestado policial concluyó que circulaba al menos a 64,07 kilómetros por hora en el momento del atropello, superando el límite permitido. El conductor, que declaró durante unos 40 minutos, también precisó que, antes del accidente, no vio el grupo de alumnos que participaba en la prueba de orientación, como había manifestado a la Policía. Según indicó ahora, observó a siete u ocho padres, lo que suele ser normal en un día laborable pasadas las nueve de la mañana cuando realiza esa ruta, cerca de los colegios.

Mientras, el profesor imputado, que realizó una declaración de unas dos horas, aseguró que sentía mucho el dolor de la familia de la alumna, pero reconoció que él también lo estaba pasando muy mal. El docente recalcó que la menor cruzó sin que él se lo ordenara, si bien reconoció que la víctima era muy obediente y muy buena estudiante. Según indicó, no la cogió del brazo, pero a otros alumnos sí que los cogía o no para darles la salida en la prueba de orientación. Esto se contradice con lo que manifestaron varios menores a la Policía, a lo que el profesor alegó que los niños se confunden.

El docente relató que hacía tres años que se realizaba esa actividad de orientación saliendo desde el mismo punto porque se había diseñado así la prueba. Según indicó, consideraban que era más seguro salir de ahí y no se plantearon hacer toda la actividad dentro del bosque, sin tener que cruzar la calle. Hace cuatro años, la prueba empezaba en la acera contraria. El profesor también dijo que en un principio estaban alejados del camión averiado, pero como fueron aparcando varios coches, tuvieron que acercarse, pese a que la visibilidad era reducida.