El tribunal popular dio por buena ayer la confesión de Warren Lytlle, el británico que mató a su mujer en Calvià en 2016, y selló el pacto alcanzado por las acusaciones y la defensa para que cumpla 12 años de prisión. El veredicto del jurado, hecho público ayer en la Audiencia de Palma, declara al acusado autor de un delito de homicidio con la agravante de parentesco y la atenuante de confesión.

El tribunal, formado por cinco hombres y cuatro mujeres, rechaza por unanimidad tanto la concesión del indulto como la suspensión de la condena. La magistrada presidenta dictará sentencia en los próximos días.

Además de la pena de prisión, el acuerdo entre las partes incluye que Lytlle no pueda acercarse a menos de 30 kilómetros de su hija y su nieto durante los próximos 22 años. También deberá indemnizar con 180.000 euros a la joven por la pérdida de su madre, con la que convivía en Londres.

El acuerdo entre las partes y la confesión del acusado propició que el tribunal popular alcanzara un veredicto por unanimidad en todos sus puntos en un tiempo récord. Apenas necesitaron una hora para responder a las cuestiones planteadas por la magistrada.

Los miembros del jurado consideraron probado que Warren Lyttle y su mujer, Lisa Jane, se encontraban en el apartamento que compartían en Costa de la Calma (Calvià) en la madrugada del 23 de enero de 2016. Ambos se enzarzaron en una discusión, durante la cual el hombre estranguló a su pareja con el cable del cargador de un teléfono móvil, hasta causarle la muerte por falta de oxígeno en el cerebro. Tras el crimen, el acusado llamó al 112, confesando que había matado a la víctima y facilitando así su detención. Desde entonces, el hombre está preso.

El portavoz del jurado explicó que para dar por probados estos hechos se habían basado tanto en la propia confesión del acusado como en las declaraciones de varios agentes de la Policía Local y la Guardia Civil, que ayer mismo testificaron durante la vista, así como en el informe de la autopsia practicada por los forenses.

El hombre escuchó el veredicto tranquilo y sereno. En la sala de la Audiencia Provincial de Palma donde se dio a conocer la decisión del jurado se reunieron una decena de familiares tanto de la víctima como del acusado. Algunos de ellos amagaron con aplaudir cuando el juicio se dio por concluido y la magistrada dejó el caso visto para sentencia.

Concluida la vista oral, el condenado fue trasladado por la Policía Nacional al centro penitenciario de la carretera de Sóller, donde permanece recluido desde que ocurrieron los hechos.