Los hijos de Araceli Currás, la mujer hallada muerta en mayo de 2016 en su casa de Montuïri y cuyo fallecimiento sigue sin aclararse, han solicitado nuevas pruebas. A través de su letrado, Pablo Alonso de Caso, han designado un perito criminalista forense de parte y solicitan al juzgado que se permita a este experto examinar todas las pruebas practicadas y solicitar nuevas diligencias.

Además, los familiares de la mujer han mostrado ante la magistrada de Manacor que investiga el caso su oposición a que el cadáver de la víctima sea inhumado, ante la posibilidad de que se lleven a cabo nuevas pruebas. El forense, que atribuyó inicialmente el fallecimiento a un suicidio, concluyó que podría tratarse de una muerte natural. Los hijos creen que Currás pudo ser envenenada, pero las pruebas han descartado hasta ahora esta hipótesis.