Un hombre británico ha aceptado una condena de 12 años de prisión por matar a su mujer en enero de 2016 en Calvià. Warren Lyttle reconoció ayer, ante el tribunal popular que le juzga, que estranguló a la víctima, Lisa Jane Lyttle, durante una discusión por temas económicos en su apartamento de Costa de la Calma. El procesado deberá indemnizar a su hija y tendrá prohibido acercarse a ella durante 22 años. "No ha pasado un solo día en el que no me haya arrepentido. Mi esposa era mi mejor amiga, espero poder reunirme con ella", declaró durante la vista.

La confesión se produjo tras el acuerdo alcanzado por la fiscalía, la acusación particular, la abogacía de la comunidad autónoma y el letrado defensor, Gaspar Oliver. El pacto conlleva una notable rebaja respecto a la petición inicial de las acusaciones, de 20 años de cárcel por un delito de asesinato con la agravante de parentesco. El acuerdo, ya rubricado por todas las partes, declara a Warren Lyttle autor de un homicidio con la misma agravante y la atenuante de confesión, ya que llamó a los servicios de emergencias para explicar lo ocurrido y ha colaborado en la investigación. La pena queda fijada así en 12 años de prisión, tras eliminar las referencias a que atacó a la víctima por sorpresa y sin que pudiera defenderse.

Lyttle cometió el crimen, como él mismo admitió ayer, el 23 de enero de 2016 en su apartamento de Costa de la Calma, en Calvià. Hacia las tres de la madrugada, ambos se enzarzaron en una pelea. "Habíamos bebido mucho y discutimos por dinero", afirmó. Durante la riña, estranguló a su mujer con el cable del cargador de un teléfono móvil hasta que murió, admitió a preguntas del fiscal. "Primero no me di cuenta de que estaba muerta. Cuando lo hice llamé dos o tres veces al 112 y expliqué lo que había pasado. Llamé a todo el mundo; cogí la agenda del teléfono móvil y empecé a llamar a todos mis contactos", señaló. Warren Lyttle fue detenido esa misma noche y desde entonces permanece en prisión preventiva. Su primera versión de los hechos apuntaba a una muerte accidental durante un juego sexual, relato del que ayer no quedó ni rastro.

El acusado declaró con firmeza y serenidad, salvo cuando su abogado le preguntó si se arrepentía de lo ocurrido. Lyttle suspiró y, tras una breve pausa, dijo: "No ha pasado ni un solo día en el que no me haya arrepentido. Mi esposa era mi mejor amiga. Espero poder reunirme con ella".

La hija de la pareja explicó que vivía en Londres con su madre y que a finales de 2015 la mujer viajó a Mallorca para reunirse con su padre. Según contó, la víctima ya había sufrido episodios de malos tratos anteriores. La joven narró un episodio, en el que su madre la llamó para contarle que el hombre la había amenazado y estaba persiguiéndola por la calle, hasta que la magistrada que preside la vista oral la cortó porque esos supuestos hechos no son objeto de enjuiciamiento. Según trascendió en su día, Lisa Jane Lyttle no había denunciado malos tratos de su marido en España, pero sí lo hizo en Reino Unido. La hija del acusado y la víctima confirmó que reclama una indemnización por la muerte de su madre y que se prohíba a su padre acercarse a menos de 30 kilómetros de ella y su hijo durante 22 años.

Pese a la confesión del acusado y el acuerdo entre las partes, el juicio seguirá celebrándose en los próximos días para que el jurado popular tenga elementos para validar el relato de los hechos pactado. Hoy están citados a declarar ocho policías locales de Calvià y otros tantos agentes de la Guardia Civil que acudieron al lugar del crimen y el miércoles será el turno de los peritos, tanto del servicio de Criminalística del instituto armado como de los forenses.

Previsiblemente, el jurado validará tras estas pruebas el relato del acusado y el acuerdo de las partes se plasmará en la sentencia.