Un joven fue absuelto 'in voce' ayer en Palma al final del juicio por un atraco a punta de pistola en una tienda de compraventa de oro en la Vía Sindicato en abril de 2017. El acusado, que permanecía preso desde mayo y que se enfrentaba a una petición de condena de cinco años de cárcel, negó ante la sala de forma rotunda ser el autor del violento robo. Tampoco se reconoció en un vídeo que le exhibieron de una cámara de seguridad del comercio. "Ese no soy yo. Yo no he entrado nunca en esa tienda", insistió al principio de la vista oral.

"En esas fechas yo vivía en Magaluf, aunque no puedo recordar ese día. Trabajaba de relaciones públicas en los bares. Yo estuve tres años en la cárcel", añadió el sospechoso. También negó que llevara una mochila cuando le detuvo la Policía.

El atraco se produjo el pasado 28 de abril, sobre las seis y media de la tarde, cuando un hombre encapuchado con gafas de sol y una braga negra irrumpió en un establecimiento situado en la Vía Sindicato de Palma. El asaltante aprovechó que una empleada tenía abierta una vitrina ya que atendía a una clienta y empujó a la trabajadora, que vio una pistola. Con gran rapidez, metió la mano en el expositor y se apoderó de varios lingotes, tres valiosos relojes y una pulsera. Acto seguido, cayó al suelo, se levantó y se dio a la fuga a toda prisa.

La víctima recordó que el atracador la "embistió" y le dijo: 'Esto es un atraco'. Según su versión, en esos momentos atendía a unos clientes con la vitrina abierta. "Hubo un follón. Él era alto, delgado, llevaba la cara cubierta y vi el cañón de una pistola. Se llevó dos relojes Cartier, relojes de oro, lingotes aparentemente de oro que son falsos y una pulsera. Forcejeamos y se rompió el cristal de la vitrina", detalló la perjudicada.

Una amiga del acusado manifestó que ese día por la mañana estuvieron paseando juntos por la Vía Sindicato. "Él me invitó a desayunar, se portó de lujo. Entré en una joyería a preguntar por unas alianzas. Luego, fuimos a comer y después nos separamos", indicó la testigo, que en un primer momento se reconoció en una fotografía que le exhibieron en el juicio, junto con el sospechoso, si bien más tarde precisó que podría tratarse de otra persona. "Él no ha hecho nada, él no ha sido, te quiero", manifestó de forma apresurada y nerviosa. La vista tuvo que suspenderse de forma temporal debido a los momentos de tensión que se vivieron, ya que la testigo estaba muy exaltada.

El juicio continuó. Un policía recalcó que identificaron al sospechoso por una gorra que llevaba. Al final, la juez, al no hallar pruebas suficientes, lo absolvió.