Una falsa alarma de bomba obligó a desalojar ayer por la mañana el mercadillo de Marratxí. Efectivos de la Guardia Civil acudieron al lugar y, después de examinar una maleta, comprobaron que no contenía ningún tipo de explosivo.

Transcurrida buena parte de la mañana, un vendedor del mercadillo reparó en que un trolley permanecía abandonado en el lugar sin que nadie lo reclamara. A partir de este momento, sus sospechas fueron en aumento y avisó a los servicios de emergencia alertando de su presencia.

A continuación, la Guardia Civil activó el protocolo establecido para estos casos y ordenó el desalojo de todo el recinto. Vendedores y público se vieron forzados a abandonar el lugar.

Acto seguido, los guías caninos de la Unidad Cinológica del Instituto Armado desplazaron hasta el lugar a perros especialmente adiestrados en la detección de explosivos. Los canes olfatearon la maleta sospechosa y no hallaron bomba alguna.

Con esta prueba, los artificieros de la Guardia Civil abrieron la maleta y confirmaron que no había bomba. Al poco tiempo, el mercadillo se reabrió al público.