Un hombre fue condenado ayer por abusar sexualmente varias veces de un discapacitado psíquico cuando él tenía 65 años y la víctima 60. El procesado admitió durante el juicio en la Audiencia Provincial que a lo largo de 2010, aprovechándose de la minusvalía del perjudicado, lo llevó a zonas apartadas de Inca. El acusado se conformó con una pena de dos años de cárcel por un delito continuado de abusos sexuales, suspendida a condición de que no cometa nuevos delitos en un plazo de cuatro años.

La fiscalía reclamaba inicialmente nueve años de prisión para el imputado. Sin embargo, el ministerio público rebajó ayer su petición tras alcanzar un acuerdo de conformidad con el abogado defensor, Diego Marín. El acuerdo contempla las circunstancias atenuantes de reparación del daño, ya que el procesado consignó 6.000 euros para indemnizar a la víctima, y dilaciones indebidas, por la parálisis de la causa en varios periodos durante la fase de instrucción.

En zonas apartadas

El imputado, a preguntas de la fiscal María Moretó, contó durante la vista oral que conoce al perjudicado "desde hace más de 40 años" porque vive en la misma zona de Inca que él. "Sé que es retrasado", admitió. El hombre reconoció que se aprovechó de la discapacidad psíquica de la víctima, que limita su capacidad para hacer frente a coacciones, inducciones y manipulaciones y, por tanto, para consentir relaciones sexuales. Así, el procesado confirmó que a lo largo del año 2010 convenció al afectado para llevarlo a zonas apartadas de la capital del Raiguer y abusar de él.

En una ocasión, como confesó el acusado, llevó en su coche al hombre a una rotonda sin salida del polígono de Inca, donde lo penetró analmente y le indujo a practicarle una felación. Otro día llevó a la víctima a su domicilio, donde mantuvieron relaciones sexuales completas. "Él se asustaba", admitió el condenado, que negó haberle entregado dinero como compensación. Estos abusos se sucedieron varias veces a lo largo del año 2010.

El afectado compareció también ante el tribunal y confirmó que no recibía dinero por parte del procesado, aunque añadió que le "invitaba a una cerveza" tras los encuentros sexuales. "No me gustaba que me hiciera todo eso. Él me conoce del pueblo, yo ahora no quiero saber nada de él", concluyó el hombre, que ratificó los abusos sufridos a manos del procesado.

El perjudicado tuvo que recibir asistencia médica y tomar fármacos a consecuencia de estos hechos, y ayer ante el tribunal negó haber recibido asistencia psicológica. Contó que se despierta algunas noches, situación que desvinculó de los abusos sufridos.

La coincidente versión de los hechos ofrecida por el acusado y la víctima llevaron a la fiscal y la defensa a renunciar al resto de pruebas propuestas para el juicio. De esto modo, el hombre será condenado, como establece el acuerdo alcanzado por las partes, como autor de un delito continuado de abusos sexuales no consentidos con acceso carnal por vía anal y bucal, con las atenuantes de reparación del daño y dilaciones indebidas. Los 6.000 euros que ya había consignado judicialmente serán entregados a la víctima como indemnización. Además, el condenado no podrá acercarse ni comunicarse con la víctima durante los próximos cinco años.

El procesado no cumplirá, en principio, la pena de prisión. Tanto la fiscalía como el abogado defensor se mostraron de acuerdo en que se suspenda la ejecución de la condena, ya que el acusado carecía de antecedentes penales. Sin embargo, este beneficio está condicionado a que el hombre no cometa ningún delito en un plazo de cuatro años, circunstancia contemplada en el acuerdo al que llegaron la acusación y la defensa.