El catedrático de la UIB Pablo Escribá, investigado por el caso Minerval, fue condenado ayer por conducir ebrio y causar un accidente de tráfico en el que una persona resultó herida hace algo más de dos años en Palma. El científico deberá pagar una multa de 4.320 euros y se le retira el carné durante dos años y medio, lo que supone su pérdida de vigencia, por un delito de lesiones por imprudencia grave. Escribá iba al volante de su coche con una tasa más de cuatro veces superior al límite máximo, se saltó un semáforo en rojo y colisionó contra otro vehículo en el que iban una mujer y su bebé de siete meses. En el impacto, la madre sufrió una lesión cervical de la que tardó casi cuatro meses en recuperarse. El acusado reconoció los hechos durante el juicio celebrado ayer, después que su letrada y la fiscalía alcanzaran un acuerdo de conformidad.

Los hechos, como admitió el propio catedrático en la vista oral, ocurrieron el 11 de junio de 2015 poco antes de las seis menos cuarto de la tarde. Escribá circulaba en su coche por la carretera de Valldemossa, en Palma, cuando a la altura del número 24 no advirtió que un semáforo en rojo le obligaba a detener la marcha.

Una mujer y su bebé de 7 meses

El hombre se adentró así indebidamente en un cruce y chocó contra otro vehículo, ocupado por una mujer y su hija de siete meses. Tras el choque, la madre empezó a quejarse de un fuerte dolor en el cuello y varias llamadas alertaron a los servicios de emergencias. Al lugar acudieron ambulancias y patrullas de la Policía Local.

Los agentes elaboraron un atestado sobre las circunstancias en las que se produjo la colisión y sometieron a los conductores implicados a la prueba de alcoholemia. Escribá dio positivo. Arrojó una tasa del 1,07 miligramos por litro de aire espirado, multiplicando por cuatro el nivel máximo permitido, que es de 0,25. Los policías detuvieron entonces al científico como presunto autor de un delito de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas. Fue trasladado a una comisaría, donde se le tomó declaración sobre el siniestro, y quedó en libertad unas horas después.

La mujer que conducía el otro coche precisó asistencia médica por las lesiones sufridas en el accidente. Los facultativos comprobaron que presentaba una cervicalgia y, aunque no tuvo que ser hospitalizada, tardó 110 días en recuperarse. Además, el vehículo contra el que colisionó Escribá sufrió importantes daños, que fueron tasados en 339,63 euros.

La investigación de la Policía Local atribuyó toda la responsabilidad del accidente al catedrático, ya que según las pesquisas la gran cantidad de bebidas alcohólicas ingeridas disminuyeron sus facultades hasta el punto de no advertir un semáforo en rojo y saltárselo.

Un juzgado de instrucción de Palma abrió diligencias por el accidente y acabó procesando a Escribá. La fiscalía reclamó en su escrito de conclusiones provisionales seis meses de prisión para el hombre. Sin embargo, el ministerio público rebajó ayer su petición de pena tras alcanzar un acuerdo con la defensa del científico y la compañía con la que tenía contratado el seguro del vehículo antes de celebrar la vista oral.

Así, Escribá compareció en un juzgado de lo penal de Palma, en Vía Alemania, admitió los hechos y se declaró autor de un delito de lesiones por imprudencia grave. Como contemplaba el acuerdo entre las partes, el catedrático aceptó pagar una multa de 12 meses a razón de 12 euros diarios y la retirada del permiso de conducir durante dos años, seis meses y un día. En la práctica, esto supone que el carné perderá su vigencia y Escribá deberá volver a examinarse para poder conducir de nuevo. El propietario del coche contra el que colisionó el catedrático de la UIB deberá ser indemnizado con 339,63 euros por los daños que padeció su vehículo en el accidente de tráfico.