El camionero de 54 años detenido el pasado martes por la Guardia Civil por presuntamente causar un accidente con tres fallecidos y seis heridos en la carretera de Alcúdia quedó ayer al mediodía en libertad con cargos por orden judicial. La magistrada de guardia de Inca ordenó la retirada de su carné de conducir y del pasaporte como medidas cautelares. El hombre se mostró muy afectado por lo ocurrido y manifestó ante la juez que lo sentía mucho y que lo lamentaba por las víctimas y sus familias. El conductor, que dio negativo en las pruebas de alcoholemia y detección de drogas, explicó que el camión cisterna se le fue hacia la izquierda y no lo pudo controlar. Según su versión, notó un fuerte tirón del vehículo que pudo ser causado por una avería o al haber pasado por encima de algo, que hizo que el pesado vehículo se desestabilizara hacia el lado izquierdo e invadiera el carril contrario.

El transportista, con más de 20 años de experiencia, está acusado de tres delitos de homicidio imprudente y lesiones imprudentes por haber provocado el siniestro más grave del año al invadir el carril contrario y chocar frontalmente con tres coches en la MA-13. Un testigo que presenció la colisión múltiple explicó a los investigadores cómo se produjo el suceso. La Guardia Civil de Tráfico barajó como hipótesis de lo ocurrido una distracción o somnolencia por parte del camionero, pero él ayer alegó en su declaración judicial que notó un fuerte tirón a la izquierda y que el vehículo se le fue y no lo pudo controlar. Por su parte, los heridos más graves, una niña alemana de 10 años y su madre, de 51, continúan ingresadas en el hospital de Son Espases, en Palma. La menor permanecía ayer en estado crítico en la UCI pediátrica y su progenitora evolucionaba favorablemente. El padre, también germano, falleció en la colisión múltiple después de que su coche fuera embestido por el camión cisterna de cemento a las afueras de Alcúdia.

El camionero arrestado prestó declaración en dependencias del Instituto Armado en calidad de investigado el martes por la tarde. El hombre, que también resultó herido en el accidente pero poco después fue dado de alta, dio negativo en las pruebas de alcoholemia y de detección de drogas. Precisamente, ayer aceptó someterse a nuevos análisis de orina y sangre para confirmar que no había bebido ni consumido estupefacientes.

El transportista, asistido por el abogado Juan Jaime Valladolid, se mostró colaborador durante las pesquisas y también entregó su teléfono móvil para que los investigadores comprobaran que no lo utilizaba mientras circulaba y en los momentos previos a la colisión. El sospechoso fue trasladado a los juzgados de Inca ayer a las nueve y media de la mañana. Bajó del furgón de la Guardia Civil tapándose el rostro con una prenda de vestir, llevaba un brazo vendado y un collarín en el cuello. Al mediodía, fue trasladado a la consulta de la médico forense y poco antes de las tres de la tarde salió libre del juzgado y se introdujo en un coche. En todo momento ocultó su cara con una prenda de ropa. Se trata de un camionero experimentado, que ahora está de baja médica por las lesiones sufridas. Según su versión, circulaba a una velocidad muy por debajo del límite establecido. La Guardia Civil de Tráfico investiga las circunstancias del siniestro.

El hombre está acusado de causar el accidente más grave del año, que se saldó el martes con tres muertos y seis heridos. Conducía un camión cisterna de cemento, al parecer vacío, sentido Alcúdia, cuando chocó frontalmente contra otros tres turismos, que iban sentido Palma, a las diez y cuarto de la mañana del martes en la carretera MA-13, en el kilómetro 43. Entre los lesionados, se encuentran una madre y su hija alemanas, de 51 y 10 años, respectivamente, que permanecían ayer ingresadas en el hospital de Son Espases, en Palma. La menor seguía en estado crítico en la UCI pediátrica, mientras que su progenitora evolucionaba favorablemente en el mismo hospital. El padre es uno de los fallecidos, junto con una joven española y un hombre colombiano.