La Policía Nacional ha desmantelado en menos de un mes una segunda banda del Rolex, que operaba en Eivissa, gracias a la detención de cinco personas, dos en la mayor de las Pitiüses y tres en el puerto de Barcelona, a quienes se les intervino dos valiosos relojes de alta gama que acababan de robar en la isla. Los agentes lograron recuperar las dos piezas por valor de 50.000 y 8.000 euros, que ya han sido devueltas a sus legítimos propietarios.

Tras una laboriosa investigación realizada de forma conjunta por la Policía Nacional en Eivissa y Barcelona, se logró desarticular la banda, de origen napolitano, que actuaba en la mayor de las Pitiüses en los últimos días y que presuntamente se dedicaba a robar relojes de alta gama con gran violencia.

En la isla, se produjeron dos arrestos, mientras que en el puerto de Barcelona dos hombres y una mujer, todos napolitanos, fueron detenidos nada más atracar en la capital catalana, procedentes de Eivissa, donde acababan de perpetrar su último golpe ese mismo día.

Estos tres sospechosos se dirigían de forma precipitada a Italia llevando encima los dos relojes sustraídos unas horas antes en la ciudad de Eivissa.

El grupo desmantelado se caracterizaba por emplear una violencia desproporcionada a la hora de cometer los robos, según fuentes policiales. Así, sus víctimas presentaban lesiones de diversa consideración. El 'modus operandi' de estas bandas consiste en aproximarse al menos dos hombres a una víctima. Los sospechosos se mueven en motocicletas tipo scooter de 125 centímetros cúbicos. Uno de ellos se baja del vehículo para apoderarse del reloj y utiliza la violencia necesaria para vencer la oposición del perjudicado. Una vez con el botín, huyen en la motocicleta. Es habitual que dispongan de un coche de apoyo al que hacen entrega del reloj, para evitar que la Policía les intercepte con los efectos.

Los integrantes de estos grupos suelen ser jóvenes originarios de Nápoles y pueblos cercanos. Se desplazan a Eivissa y actúan una o dos semanas. Luego, se marchan y son sustituidos a los pocos días por otro grupo.

No operan a título individual, sino que forman parte de organizaciones criminales asentadas en la ciudad de Nápoles, que les proporcionan documentos de identidad falsos, les financian el viaje a Eivissa, hospedaje y alquiler de vehículos, según la Policía.