El hombre detenido por la Policía Nacional el pasado martes en Palma por propinar una brutal paliza a su mujer propinar una brutal paliza a su mujer en su domicilio de Palma se autolesionó en los calabozos, cortándose los brazos con una pieza metálica de la cremallera de su pantalón. El presunto agresor fue trasladado ayer por la mañana al juzgado, pero el hombre se quejó de un fuerte dolor en un testículo y tuvo que ser trasladado a un hospital, por lo que las gestiones judiciales se aplazaron. Quien sí acudió a declarar al juzgado fue su mujer, todavía con las señales en la cara y el cuerpo de la tremenda agresión sufrida, y acompañada de sus dos hijos pequeños.

José G.C., de 31 años, fue detenido por agentes de la Policía Nacional el martes por la mañana, después de que su mujer, de 23 años, pidiera ayuda a gritos desde la ventana de su casa, en la calle Alfons el Magnànim de Palma. Los policías de la Brigada de Seguridad Ciudadana que acudieron requeridos por el 091 se encontraron con que nadie les abría la puerta del domicilio. Al oír gritos en el interior echaron la puerta abajo y redujeron de inmediato al agresor.

La víctima se encontraba en un estado lamentable, con señales de golpes por todo el cuerpo y los ojos tan hinchados que apenas podía abrirlos. Según declaró posteriormente, su marido le había golpeado la noche anterior hasta que perdió el conocimiento.

El domicilio tenía el mobiliario destrozado y el suelo estaba cubierto de cristales rotos. Allí encontraron al hijo menor de la pareja, de dos años, que había presenciado la agresión y que trató de evitarla, pidiéndole a su padre que dejara de pegar a su madre.

Los agentes apartaron al pequeño de allí para evitar que se hiciera daño con los cristales rotos. Como la madre tuvo que ser hospitalizada y el padre fue detenido, los dos niños de la pareja, de dos y tres años, fueron entregados a la abuela materna.

El detenido fue trasladado a los calabozos de la Jefatura Superior de Policía, pero tuvo que ser trasladado desde allí al hospital dos veces. Primero se desmayó en la celda y posteriormente se provocó diversos cortes en los brazos y el abdomen con una pieza metálica de la cremallera de su pantalón. Las lesiones que presentaba eran superficiales, por lo que tras ser examinado por un médico fue devuelto de inmediato a los juzgados.

Ayer por la mañana fue conducido al edificio judicial de Vía Alemania, donde debía declarar ante el juzgado de Violencia contra la Mujer número 1. Sin embargo, a su llegada se quejó de un fuerte dolor en un testículo, por lo que hubo que trasladarle de nuevo al hospital para ser examinado. Ayer por la tarde no había vuelto a las dependencias judiciales.

La que sí acudió ayer al juzgado fue la víctima. La joven, de 21 años, tenía muy mal aspecto, con los dos ojos morados y hematomas y arañazos en todo el cuerpo. Le acababan de dar el alta en el hospital, donde le detectaron también una fractura costal. Iba acompañada de sus dos hijos pequeños y varios familiares.

La joven nunca había presentado una denuncia contra su marido, ni siquiera el año pasado, cuando él fue detenido tras ser sorprendido después de golpearla brutalmente en plena calle.