Un policía local de Palma resultó herido al ser atacado ayer de madrugada con su propia porra por un carterista al que intentaba detener tras sorprenderlo in fraganti en s´Arenal. El sospechoso, un polaco de 32 años que reside en un hotel de la zona, arrojó primero una botella de cristal al agente, que al esquivarla perdió su defensa. El acusado la cogió y le propinó un fuerte porrazo en la cabeza, abriéndole una brecha que precisó seis puntos de sutura. Los refuerzos policiales que acudieron al lugar consiguieron reducir al presunto delincuente, acusado de hurto, atentado y lesiones.

Eran las cuatro de la madrugada de ayer cuando dos agentes de la Policía Local vigilaban de paisano las inmediaciones del Balneario 5. Los agentes se fijaron en dos personas que deambulaban por la playa y, ante las sospechas de que eran carteristas, decidieron seguirlos.

Así, vieron cómo uno de los sospechosos se acercaba a una pila de hamacas sobre la que dormitaba un turista y se llevaba su riñonera. Los policías avisaron a sus compañeros para que una dotación uniformada acudiera al lugar e interceptara al ladrón.

Mientras tanto, los dos delincuentes, siguieron recorriendo la playa, se adueñaron de los efectos de una pareja y regresaron al paseo poco después. Los dos policías que iban tras ellos de incógnito decidieron actuar ante el temor a perderlos de vista. Los agentes se identificaron como tales en inglés y alemán y mostraron sus placas a los carteristas.

Estos reaccionaron de forma diferente al verse sorprendidos. Mientras uno se quedó inmóvil, el otro escapó a la carrera. Un policía fue tras él y logró darle alcance en poco tiempo. El acusado hizo ademán entonces de abalanzarse sobre el agente, por lo que este sacó su porra extensible.

Pero el carterista no se amedrentó y arrojó una botella de cristal al funcionario, que alzó sus manos para evitar que el envase le diera en la cara. Este brusco gesto provocó que la porra cayera al suelo.

El delincuente empuñó entonces el arma y propinó un fuerte golpe en la cabeza al policía, causándole una brecha en la cabeza que empezó a sangrar abundantemente. El sospechoso golpeó de nuevo a la víctima en la rodilla, antes de que las unidades de refuerzo llegaran al lugar y lo detuvieran.

El policía fue trasladado en ambulancia a un centro hospitalario, donde recibió seis puntos de sutura para cerrar la herida. El acusado, Lukasz G., polaco de 32 años, acabó la noche en el calabozo por delitos de atentado, hurto y lesiones.