A la cárcel por conducir sin carné. La Audiencia Provincial de Palma ha ordenado que un hombre condenado ocho veces por circular sin haber obtenido jamás el permiso cumpla los cuatro meses y 20 días de prisión impuestos en la última sentencia. El tribunal atribuye al hombre un "comportamiento antisocial y muy peligroso" y resalta que las medidas adoptadas hasta ahora, desde trabajos comunitarios a multas, han sido "completamente inútiles". Por ello, los magistrados concluyen que su encarcelamiento es la medida más adecuada.

El acusado, de unos 45 años y residente en Calvià, tiene en su haber once condenas. Entre 2008 y 2016 fue sentenciado ocho veces por el mismo delito, conducir sin haber obtenido el carné, y años atrás fue declarado autor de un hurto y dos falsificaciones de documento público. "Su hoja histórico penal es sobrecogedora", apunta el tribunal.

Las siete primeras condenas por circular sin el permiso necesario acabaron en trabajos en beneficio de la comunidad o pequeñas multas. Pero pese a sus continuos problemas con la justicia, el hombre seguía conduciendo.

Hace algo más de un año volvió a ser sorprendido por las fuerzas de seguridad y se enfrentó a un nuevo proceso. En esta ocasión, un juzgado de instrucción de Palma optó por una medida más drástica y le impuso por primera vez una medida privativa de libertad: cuatro meses y 20 días de prisión.

El juzgado encargado de ejecutar las sentencias le denegó el beneficio de la suspensión de la condena por sus numerosos antecedentes, por lo que obligaba al hombre a ingresar en la cárcel para cumplir la pena.

El procesado recurrió esta decisión ante la Audiencia Provincial. Alegó que tiene pareja e hijos y que su precaria situación económica le llevó "de forma inconsciente a conducir repetidamente para poder llevar alimentos a su familia". El hombre solicitó que se sustituyera la pena de prisión por otra de trabajos en beneficio de la comunidad.

El tribunal de la sección segunda considera que todas las condenas anteriores han resultado inútiles, ya que el condenado "persiste en su comportamiento delictivo, poniendo peligro la seguridad de la ciudadanía". Los magistrados consideran que su comportamiento es "antisocial y muy peligro", ya que pone de manifiesto una "total indiferencia por la seguridad de los ciudadanos en el tráfico rodado". Así, concluyen que la pena de prisión es el medio más adecuado para intentar poner fin a esta situación y conseguir la "reeducación" del hombre, que deberá ingresar en la cárcel.