Una equivocación de marcha a la hora de estacionar el vehículo que conducía pudo ser determinante del fatal accidente que costó la vida el lunes a Roberto Sánchez, de 41 años, en Son Vida. Máxime cuando el camión cisterna iba cargado de agua hasta arriba y su peso rondaba las 26 toneladas.

Según la investigación del siniestro, el empresario, dueño de Aguas de Establiments, metió la tercera marcha en lugar de la primera al aparcar el camión en la pronunciada cuesta de la calle Mossa de la suntuosa urbanización palmesana. Esta circunstancia, de acuerdo con el examen de los especialistas, dota al vehículo de menor fuerza de frenado y de más recorrido. Por este motivo es más probable que se pudiera deslizar por la pendiente.

Esta es la principal hipótesis que manejan los investigadores para esclarecer las circunstancias que rodearon el accidente mortal que costó el lunes la vida al empresario. En un principio, el siniestro planteaba una serie de interrogantes, ya que la víctima había cumplido a priori con el protocolo establecido al estacionar el vehículo pesado en pendiente.

Roberto Sánchez echó el freno de mano, metió una marcha, giró las ruedas delanteras hacia la pared y las calzó. Cuando se disponía a bloquear los neumáticos traseros, el camión cisterna se desplazó y le aplastó contra la pared. El conductor sufrió gravísimas lesiones y los reiterados esfuerzos de las asistencias sanitarias no fueron suficientes para lograr reanimarle.

A partir de ese momento se inició una investigación conjunta de la Policía Nacional y la Policía Local para tratar de averiguar las causas del fatal accidente del conductor y dueño de la empresa Aguas de Establiments.

Investigadores de la Policía Científica y del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional y agentes de la Unidad de Atestados y Accidentes de la Policía Local colaboraron en la reconstrucción del siniestro. A excepción de que la víctima había metido la tercera marcha en lugar de la primera, al aparcar el camión, todo el protocolo de seguridad para estacionar en pendiente.

Este hecho podría haber resultado anecdótico en un terreno llano o con una pendiente escasamente acusada. En cambio, al encontrarse aparcado en una cuesta muy pronunciada, haber elegido una marcha más larga para sujetar el vehículo pesado de 26 toneladas cargado hasta los topes facilitó que el vehículo se desplazara con mayor facilidad.

Otro extremo que está siendo analizado en profundidad por los investigadores es si el freno de mano estaba correctamente echado. Un punto de menos también podría haber contribuido al desplazamiento del camión pendiente abajo.

Cargado con 16.000 litros

El accidente mortal ocurrió sobre las ocho y media de la mañana del lunes a la altura del número 14 de la calle Mossa de Son Vida. Una hora antes, un cliente llamó a la empresa Aguas de Establiments y pidió que le suministraran el líquido.

Al tratarse del primer servicio de la jornada, el camión cisterna iba cargado con 16.000 litros de agua. A este hecho hay que unir las diez toneladas de peso del vehículo. La sujeción con la marcha más larga resultó insuficiente.

La muerte de Roberto Sánchez conmocionó a numerosos empleados de la empresa Aguas de Establiments, que acudieron al lugar donde había ocurrido la muerte de Roberto Sánchez. Muchos de ellos no encontraban entonces explicación alguna del fatal accidente.

Roberto Sánchez estaba casado y era padre de dos niñas de cuatro y once años. La familia residía en el barrio palmesano de La Soledat, donde era muy apreciada en el vecindario. Su fallecimiento también causó una profunda consternación.