Un acusado negó ayer en la Audiencia de Palma haber violado o abusado sexualmente de una joven cuando se hallaba inconsciente, completamente dormida, sobre un sofá en una sala trasera en un pub de Inca en diciembre de 2013. El hombre admitió que esa noche se hallaba en el bar, pero recalcó que no vio a la víctima en ningún momento.

"No la penetré. Nunca en mi vida me ha pasado algo así con niguna mujer", insistió el procesado. Según su versión, estuvo en el baño del local vomitando y el dueño le echó de allí. "Me abrió la puerta y me sacó de allí porque estuve vomitando", aclaró. El sospechoso indicó que fue el propietario del pub el que abusó de la chica. "Pero como soy marroquí me culpa a mí", alegó.

Sin embargo, el dueño del establecimiento, un británico que ayer declaró ante el tribunal de la sección segunda por videoconferencia desde el Reino Unido, confirmó que sorprendió al encausado la noche del 5 de diciembre de 2013 con los pantalones y calzoncillos bajados hasta los tobillos mientras hacía movimientos pélvicos. "Ella estaba tumbada en el sofá durmiendo con los pantalones rasgados, rotos, y él de rodillas en el suelo. Le vi justo a tiempo", precisó el testigo, que recordó que no vio que consumara el acto sexual. "Fue todo muy rápido, le agarré del hombro y le dije ven, le acompañé al exterior y cerré con llave", explicó. Luego, regresó con la perjudicada y finalmente la acompañó a casa. "Nunca he tenido sexo con ella", manifestó.

El acusado, en el turno de la última palabra dijo que llevaba desde 2000 en Inca. "Nunca he tenido relaciones con mujeres más jóvenes que yo. Nunca he hecho daño a una mujer. Tengo cuatro hermanas y una madre. Nunca he abusado de una mujer", añadió.

La fiscal solicitó para él una pena de ocho años de cárcel y 6.000 euros de indemnización por un delito de abuso sexual con acceso carnal. La acusación particular reclamó diez años de prisión y 30.000 euros. El abogado defensor Miquel Àngel Ordinas pidió la libre absolución de su cliente.

La víctima hizo un relato conmovedor de lo ocurrido. "Creo que me echaron algo en la bebida. Me quedé dormida y desperté en el sofá. Me quitaron de encima a un hombre que no vi quién era. Yo quería dormir. Al cabo de un par de horas, me levanté del sofá y tomé conciencia de lo que había pasado. Cuando me desperté la segunda vez me di cuenta de que alguien había abusado de mí. Tenía los pantalones rotos", recordó la joven sin poder contener las lágrimas. "El dueño el bar me quitó al hombre de encima porque le vi la cara y escuché su voz. Cuando me giré noté algo, noté el roce pero estaba medio dormida", aseguró la perjudicada. Según su versión, el propietario le acompañó a su casa. "Estaba en shock. A raíz de esto, tengo mucha ansiedad. No quiero ir a ningún médico, no me va a ayudar nadie", prosiguió la víctima muy afectada.