"Pido perdón a mi hermana", Con estas palabras, el procesado aceptó ayer una pena de ocho años de prisión por vejar a su madre e intentar matar a su hermana en su domicilio de Sineu. El tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial le prohibió acercarse a menos de 500 metros de distancia de su progenitora durante nueve años y de su otra familiar durante seis.

Los hechos que fueron enjuiciados ayer se venían produciendo durante los últimos años en el domicilio familiar situado en la localidad de Sineu. Muy en especial, su madre octogenaria venía sufriendo de manera continuada un trato degradante, con comentarios vejatorios, amenazas e incluso agresiones físicas.

El maltrato que padecía la mujer, que sufre un trastorno cognitivo moderado, era más acusado cuando ella se negaba a hacer lo que su hijo le decía. Por este motivo, la víctima vivía en un estado de miedo permanente.

La mañana del 16 de marzo de 2016, el comportamiento del hijo, que contaba entonces con 45 años, fue más violento de lo habitual. Después de una acalorada discusión que había mantenido con su madre por temas hereditarios, le propinó diversos golpes en la cara y una patada en la pierna.

Cuando habían transcurrido tres días, el hijo volvió de nuevo a las andadas. En primer término, la mañana del 19 de marzo comenzó a discutir con su madre por idéntico motivo que en la anterior ocasión. También le propinó nuevamente golpes en la cara y patadas en las piernas. Como consecuencia de la agresión, la anciana se golpeó el rostro contra la pared.

A continuación, el hijo abandonó el domicilio familiar. Mientras tanto, su madre presentaba hematomas en el lateral izquierdo de cara y cuello. También tenía cortes en un brazo. Todo ellos precisó de atención sanitaria y de curas cada dos días. En total, la mujer tardó un mes en curarse, de los que 15 de ellos estuvo impedida para sus ocupaciones habituales.

Sobre las doce del mediodía, el vástago volvió al domicilio familiar. Allí estaba su madre junto con su hermana. Sin mediar palabra y "con ánimo de acabar con la vida de esta última", según recoge el fiscal en su escrito de acusación, se abalanzó sobre ella y la empezó a golpear por la espalda con una silla de plástico, la agarró hasta que le hizo caer al suelo.

"Te voy a matar"

El agresor propinó a su hermana una serie de patadas y puñetazos por todo el cuerpo y comenzó a estrangularla mientras le decía "te voy a matar, te mataré". La presión en el cuello de la víctima la mantuvo hasta que esta perdió la conciencia. Una vecina oyó los gritos y los golpes y forcejeó con el agresor para que se detuviera.

La intervención de esta vecina fue providencial y la hermana del agresor consiguió zafarse del ataque, levantar y escapar del domicilio lo más rápido que pudo.

El fiscal resalta en su escrito de acusación que el estrangulamiento al que estuvo sometida la hermana del agresor "le hubiera podido causar la muerte si se hubiera continuado la fuerza y la presión en el cuello". A raíz de este ataque, la víctima sufre estrés postraumático con alteración del ritmo de sueño e incremento de la ansiedad por recuerdo del hecho".

En su escrito inicial de calificación, el fiscal pedía penas que sumaban catorce años y medio de prisión. Así, por el delito de maltrato habitual el ministerio público solicitaba tres años de prisión, un año por lesiones en el ámbito familiar, tres años y medio por lesiones y siete años por homicidio en grado de tentativa.

Durante la vista oral celebrada ayer en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma, el abogado defensor del procesado, Carlos Portalo, alcanzó un acuerdo de conformidad con la fiscal Rosa Cosmelis. El encausado reconoció ante el tribunal ser el autor de los delitos de intento de homicidio, lesiones agravadasy maltrato habitual. A cambio, el procesado obtuvo una sustancial reducción de seis años del tiempo que permanecerá en prisión.

Por el contrario, el acuerdo entre las distintas partes hizo que se elevara sustancialmente la prohibición de aproximarse y comunicarse del agresor con su madre y su hermana. No podrá acercarse a su progenitora durante nueve años y en seis años de su otra familiar. Antes de ser conducido directamente a prisión para cumplir la condena, el procesado aprovechó el micrófono para disculparse de esta última.