Un incendio forestal en el bosque de pinos que rodea el Castell de Bellver, en Palma, provocó una gran alarma por la enorme columna de humo que era visible desde gran distancia. Finalmente la rápida actuación de los Bombers de Palma y efectivos del Institut Balear de la Natura (Ibanat), incluidas cuatro aeronaves, permitió que el fuego fuera controlado en poco más de una hora, tras quemar unos 5.000 metros cuadrados de arbolado.

La alarma saltó poco antes de las doce del mediodía de ayer, cuando una gran columna de humo se elevó sobre el bosque de Bellver, en las proximidades de la ermita. De inmediato partieron hacia allí dotaciones de los Bombers de Palma desde el parque de sa Teulera, situado muy cerca de allí.

Sin embargo, el fuego se extendía con gran rapidez por el pinar, muy seco a consecuencia de la sequía de los últimos años y el fuerte calor que hacía ayer.

A los Bombers de Palma se unieron los efectivos del Ibanat, formado por dieciocho brigadistas y un camión autobomba, así como cuatro aeronaves de extinción: dos helicópteros y dos avionetas Dromader.

La rápida intervención de los medios de extinción permitió que el fuego fuera controlado en poco más de una hora, sobre la una y cuarto del mediodía. A las dos de la tarde se daba oficialmente por extinguido. Los primeros cálculos apuntaban a que el fuego había afectado una superficie de unos 5.000 metros cuadrados.

Fuentes de los Bombers destacaron que la rapidez con la que intervinieron fue clave para que el fuego no se extendiese. Otro factor es el estado en el que se encuentra el bosque, muy limpio de rastrojos, explicaron.

Por contra, la principal dificultad con la que se encontraron los equipos de extinción es la extrema sequedad en la que se encuentra el bosque después de siete años de sequía.

Incendio en Formentera

Por otro lado, el Ibanat dio por controlado en la madrugada de ayer el incendio forestal en Cala Saona, en Formentera, que arrasó unas 10,2 hectáreas y obligó a desalojar a unas treinta personas.

El fuego, declarado en torno a las cuatro y media de la tarde del miércoles en las proximidades de Cala Saona, fue declarado de nivel 1 por su cercanía a zonas habitadas, provocó el desalojo de siete viviendas, y quedó estabilizado a las 20.30 horas.

El fuego empezó en una zona muy próxima a la que ya resultó arrasada a finales de mayo en otro incendio que calcinó catorce hectáreas.

Medios terrestres y aéreos colaboraron en la extinción desde un principio. Los militares de la Unidad Militar de Emergencias (UME) destinados en Eivissa también se desplazaron a Formentera para ayudar en los trabajos de extinción del incendio cercano a una planta fotovoltaica.