La fiscal ha rebajado hoy de 12 a 10 años de cárcel su petición de condena por agresión sexual para el joven preso en tercer grado de permiso acusado de violar a una niña de 14 años a la que se encontró en un camino en la zona de es Raiguer la tarde del 1 de mayo de 2015.

La representante del ministerio público ha reducido su solicitud de pena al apreciar la circunstancia atenuante de afectación psíquica al considerar que, en el momento de los hechos, el sospechoso tenía disminuida su capacidad intelectual por un episodio traumático que vivió en la infancia, cuando fue abusado por su padre, lo que afectaba a su control de impulsos.

Precisamente, dos peritos han confirmado hoy en la segunda sesión del juicio en la Audiencia de Palma que el joven tiene mermada su capacidad de autocontrol, pese a que sabe distinguir perfectamente lo que está bien y mal. "Hay una dificultad del control de los impulsos sexuales", ha destacado una psicóloga. Esto se debe, según su versión, al proceso de socialización que ha sufrido por unos hechos traumáticos del pasado y a su capacidad cognitiva limitada. "Tiene una visión simplista de la realidad. Tiene ciertas tendencias desviadas de la realidad", ha precisado la especialista.

El joven, que actualmente está encarcelado, confesó que forzó a la adolescente el primer día del juicio y alegó que cuando tenía ocho años su padre abusaba sexualmente de él y también le daba palizas. Hoy en el turno de la última palabra ha mostrado su arrepentimiento: "Me arrepiento mucho de todo el daño que causé a la víctima". Cuando agredió a la adolescente, disfrutaba de un permiso penitenciario al estar preso en tercer grado por una condena anterior de cinco años y nueve meses de cárcel por hechos similares, por agresión sexual también a una menor. Una psicóloga ha ratificado que en 2014 el recluso se sometió en la prisión a un programa de control de los impulsos para agresores sexuales.

Otra perito ha destacado que el acusado tiene problemas de autocontrol. "No sabe canalizar la frustración, no tiene autocontrol. Su impulsividad no está regulada. Él es incapaz de controlar la situación pero él sabe que está cometiendo un hecho malo", ha puntualizado otra psicóloga.

La especialista que trató a la víctima en terapia ha manifestado que la menor sigue teniendo secuelas por el estrés postraumático sufrido. "Sigue teniendo síntomas pero ahora sabe manejarlos. Ahora, ella es capaz de manejar su ansiedad", ha indicado. Según su versión, la perjudicada en un primer momento presentaba síntomas bastante agudos tras ser agredida sexualmente: hipervigilancia absoluta, se ponía a correr ante la sensación de peligro, memoria olfativa, tenía ansiedad por olores que le recordaban a los hechos vividos, miedo a salir de casa, pesadillas o desconfianza de todo el mundo.

La fiscal, además de rebajar la petición de condena a 10 años de prisión, ha solicitado que se prohíba al encausado aproximarse y comunicarse con la víctima por un periodo de 10 años y que se le imponga también la medida de libertad vigilada durante 10 años, así como una indemnización de 15.000 euros. La acusación pública ha mantenido hoy en sus informes que los hechos constituyen un delito de agresión sexual porque el acusado agarró a la menor por el brazo y la obligó a saltar un muro de piedra. Según su versión, la amenazó con matarla diciendo que llevaba un cuchillo y la adolescente accedió a las prácticas sexuales por el miedo que sufría por estas amenazas.

La fiscal ha apreciado la circunstancia agravante de reincidencia al ser el encausado un preso en tercer grado de permiso con una condena anterior por agresión sexual y también la atenuante de afectación psíquica. Según su tesis, su alteración mental es una atenuante simple y no una eximente incompleta porque el joven "tenía mecanismos suficientes para controlar sus impulsos".

El abogado defensor ha pedido seis años de cárcel, una pena mínima por un delito de abuso sexual con acceso carnal con las atenuantes de alteración psíquica y confesión. Según su versión, no hubo violencia ni intimidación y hay que tener en cuenta el pasado traumático de su representado. "No todo es culpa suya", ha incidido. "El programa al que se sometió en la cárcel no fue suficiente. No tenía las herramientas básicas para controlar su voluntad", ha añadido. El juicio ha quedado hoy visto para sentencia en la sección segunda de la Audiencia.