Ocho acusados admitieron ayer en la Audiencia de Palma haber formado una banda que se dedicaba a traficar con drogas en Inca a mediados de 2011. Siete de ellos se declararon responsables de un delito contra la salud pública, uno de ellos como cómplice, y también por pertenencia a grupo criminal. Otra de las implicadas, pareja del principal sospechoso, confesó ser autora de un delito de blanqueo de capitales.

Estos ocho encausados alcanzaron un acuerdo con la fiscalía, que ofrecerá penas rebajadas de entre cuatro años y un año y ocho meses de prisión.

Mientras, otros dos implicados fueron exculpados, ya que el tribunal de la sección primera estimó la cuestión previa planteada de la cosa juzgada debido a que ambos fueron condenados ya en Valencia por narcotráfico en ese periodo de tiempo.

Así pues, el juicio continuó ayer en la Audiencia Provincial para una pareja que no quiso conformarse con el ministerio público al mantener su inocencia. El hombre se enfrenta a una petición de condena de seis años y cinco meses de cárcel por traficar con cocaína, marihuana y éxtasis en Inca en 2011, mientras que su mujer, a tres años y medio por blanqueo de capitales. Ambos negaron ayer los cargos.

El acusado explicó que trabajaba en la construcción y destacó que en 2011 hacía un año que no se hablaba con su hermano, quien ayer admitió que se dedicó al narcotráfico con un grupo coordinado. El hombre indicó que la mayoría de sus propiedades, varios pisos y una finca, estaban a nombre de su esposa porque es una costumbre en Mallorca. También sus vehículos estaban a nombre de su mujer.

La pareja coincidió en que había pedido varios préstamos al banco para pagar un solar en Son Serra de Marina y hacerse una casa y que, pese a que sus nóminas no eran muy elevadas, podían hacer frente a grandes gastos porque cobraban en negro varios alquileres. "Mi marido ganaba mucho en negro", manifestó ayer la sospechosa, quien rechazó que él tuviera algo que ver con el tráfico de drogas. El hombre confirmó que también cobraba algunos trabajos de reformas de albañilería en negro y que ahora ya no tenía nada porque tuvo que venderlo todo. Su hermano y su madre confesaron ayer que traficaban con droga. En casa de la progenitora, en Inca, los agentes hallaron más de tres kilos de cocaína.