La reacción de tres miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) resultó ayer providencial para evitar que un tripulante de un ferry, procedente de Valencia, abusara sexualmente de una joven de 18 años. Tras interceptarle antes de llegar a Eivissa y avisar a la seguridad del barco, el sujeto, de origen balcánico, fue encerrado en el calabozo. La Guardia Civil le detuvo en Palma y ha abierto una investigación para esclarecer lo ocurrido.

Los hechos ocurrieron sobre las tres de la madrugada en los pasillos del buque Almariya de la compañía Trasmediterránea. Al parecer, los efectivos del Tercer Batallón de la UME -que venían destinados a Eivissa para colaborar en la campaña contra incendios- repararon en la presencia de una joven "medio desvanecida" mientras un individuo, presuntamente, le realizaba tocamientos.

La acusada diferencia de edad entre uno y otra y el lamentable estado en el que se encontraba la chica, les hicieron sospechar a los efectivos de la UME de que algo extraño ocurría.

Tras preguntarle al individuo por qué la joven estaba en este estado, el individuo mantuvo una actitud esquiva y consiguió sacar a la joven de la estancia en brazos y abrió la puerta de emergencia. Los militares tomaron conciencia en ese instante de que podría estar abusando de ella y comenzaron a increparle. Ante la presión, el sujeto de la tripulación emprendió la huida y dejó abandonada a la joven.

Mientras, los efectivos de la UME avisaron a los servicios de seguridad del barco y se encargaron de socorrer a la chica. El sujeto demostró que conocía bien todos los vericuetos del buque y no tuvo problemas para escabullirse.

No obstante, los servicios de seguridad de la compañía naviera no tardaron en localizarle. Ante las precisas declaraciones de los soldados y el delicado estado en el que se encontraba la joven, el personal encerró en el calabozo del buque al sospechoso.

Declaración en Eivissa

Sobre las seis de la mañana, con una hora de retraso sobre el horario inicialmente previsto, el Almariya atracó en el puerto de Eivissa. La Guardia Civil tomó allí declaración a los tres soldados.

La misión de los militares de la UME consistía en preposicionar vehículos pesados en Eivissa, de cara a sofocar un eventual incendio en la isla. Otro tanto se había hecho en Mallorca y material ligero en Menorca.

En torno a las doce del mediodía, el buque Almariya atracó en el Moll Vell de Palma. Efectivos de la Guardia Civil se habían movilizado antes de que el ferry llegara a tierra.

Los agentes del Instituto Armado aguardaron a que numerosos jóvenes desembarcaran del buque. La inmensa mayoría se disponía a pasar unos días de fiesta en Magaluf y en la Playa de Palma.

A continuación, la víctima de los presuntos abusos sexuales fue introducida en un coche de la Guardia Civil para tomarle declaración formal. Los agentes de la Policía Judicial sacaron del calabozo al tripulante y le detuvieron para interrogarle en las dependencias de la Comandancia.