El joven acusado de elaborar drogas de diseño en un domicilio de Son Oliva, en Palma, ratificó ayer en la Audiencia el acuerdo alcanzado por su defensa y la fiscalía y aceptó una condena de tres años de prisión. El procesado, representado por el abogado José Ignacio Herrero, admitió ante el tribunal de la sección segunda que en el verano de 2016 se dedicó a distribuir estupefacientes sintéticos y opio y se conformó con la pena reclamada por el ministerio público por delitos contra la salud pública y de tenencia de precursores para el tráfico de drogas. El joven permanece encarcelado desde que fue arrestado el 15 de septiembre pasado.

Graduado en bioquímica por la UIB y de nacionalidad búlgara, el acusado, de 28 años, tenía en su domicilio de la barriada palmesana de Son Oliva una gran cantidad de sustancias químicas y utensilios -matraces, básculas de precisión, vasos de precipitado y mascarillas de seguridad, entre otros-utilizados para la elaboración de drogas de diseño.

Según informó en su día la Policía, aprovechaba su paso por la UIB para conseguir el material sin levantar sospechas y poder producir las drogas.

La investigación de la Policía Nacional permitió desmantelar su laboratorio en septiembre de 2016. El condenado, que tenía en su vivienda más de nueve gramos de opio, elaboraba los estupefacientes para distribuirlos directamente a los consumidores.