El pasado jueves DIARIO de MALLORCA publicó en exclusiva la intervención de un policía nacional que, de vacaciones en la isla, había salvado a una mujer que estaba recibiendo una brutal paliza a manos de su novio en la barriada palmesana de Portopí. Desde el primer momento este diario solicitó permiso al Gabinete de Prensa de la Policía para hacerle una entrevista al agente, y que explicara en primera persona lo ocurrido, y nos hemos encontrado con una negativa tajante por parte del jefe superior, Antonio Jarabo. Pero este rechazo parece que no afecta a todo el mundo por igual. El mismo jueves Carlos Herrera, que se había enterado leyendo la noticia del DIARIO de MALLORCA, hacía una entrevista en directo al policía en cuestión en su programa de la Cope, entrevista realizada con todas las bendiciones del servicio de prensa de la Dirección General de la Policía. Somos insistentes, y nos hemos dirigido a Madrid para solicitar el mismo trato que Herrera, pero la respuesta ha sido de nuevo negativa: la Jefatura de Palma no lo autoriza. Un capricho del comisario Jarabo que hurta a los lectores de este diario el derecho a conocer un testimonio de indudable interés.
Muerte en el parque
Siete de la tarde en el parque de ses Estacions. Los niños corretean entre columpios y toboganes cuando un indigente cae desplomado a pocos metros de allí. El hombre no responde y, mientras padres, madres y pequeños se acercan para ver qué pasa, alguien llama a los servicios de emergencias. Varias patrullas de la Policía y una ambulancia acuden con rapidez para atender a la víctima. El incidente hace que ya casi nadie quiera seguir jugando, sino seguir de cerca el trabajo de los sanitarios. "¿Se ha puesto malito porque ha tomado mucha leche?", pregunta un niño. La expectación es tal que los policías acaban llamando la atención a los adultos para que eviten que sus hijos sigan contemplando semejante escena. Pese a los esfuerzos de los equipos sanitarios, el indigente falleció.
Fumigación en el juzgado
Este fin de semana se está fumigando el juzgado de guardia de Palma para exterminar la plaga de cucarachas que ha aparecido en las últimas semanas. No es la primera vez que se detectan estos insectos en las dependencias judiciales con la llegada de las altas temperaturas. Algunos funcionarios han precisado que no se trata de una cucaracha común, pequeña y negra, sino que es una especie diferente, mucho más grande y de color rojizo que puede incluso volar. Dormir en las habitaciones del juzgado puede acabar siendo una aventura para los trabajadores. Por ello, una empresa especializada ha empezado a fumigar los despachos de la planta inferior del edificio de Vía Alemania. Mientras se llevan a cabo estos trabajos, se ha cerrado toda la zona, por lo que los juzgados que estos días están de guardia, el de instrucción número 2 de Palma y el número 3, funcionarán en sus respectivas dependencias, es decir, en la tercera y segunda planta.
Refuerzan la vigilancia
Mientras exterminan las cucarachas, también se ha reforzado la vigilancia en la sede judicial. Hay más vigilantes que controlan los pisos, ya que los detenidos tienen que ser conducidos de una planta a otra y también los ciudadanos que quieran interponer denuncias tienen que subir a las plantas superiores. Estas medidas ya se habían tomado años atrás cuando había que fumigar.
Sillas rotas
Y ya que están tratando de solventar la plaga de estos insectos, varios funcionarios se han quejado del estado en el que se encuentran las sillas del juzgado de guardia de Palma. Algunos trabajadores se bajan sus propios asientos de sus despachos para poder trabajar, otros forran las sillas con bolsas de plástico porque las que hay en el juzgado de guardia o bien están rotas o sucias o se tambalean.
Un colchón bestial
Esta semana un hombre fue juzgado por atracar dos joyerías en Palma. El acusado alegó que no recordaba los hechos y que había sido consumidor de estupefacientes. "Pillaba unos colocones bestiales. Me gustaría acordarme de estos hechos, pero no los recuerdo. No sé si es por el colocón que llevaba ese día. Si he sido yo, pido disculpas a las víctimas", manifestó el sospechoso, que añadió que tomaba pastillas, alcohol, heroína, cocaína y "de todo".
¿Atracador honrado?
El abogado del supuesto atracador de joyerías indicó durante sus informes que el hombre "actuó movido por la necesidad, no por la codicia". Según dijo, "no se llevó más dinero porque él no quiso, fue un atracador honrado". Una víctima aseguró en el juicio que sacó 80 euros de la recaudación de la joyería y el sospechoso se llevó la mitad de lo que había, 40 euros.
A gritos en el calabozo
Dos hombres detenidos la semana pasada por una pelea multitudinaria en el barrio de Nou Llevant en Palma, en la que se arrojaron mesas y sillas de un bar, se liaron a gritos cuando estaban encerrados en sus respectivos calabozos. Los dos sospechosos empezaron a discutir de forma acalorada hasta que los agentes les llamaron la atención.
Un árbol problemático junto a la plaza del Tubo
Aparcar el coche en la calle Llorenç Cerdà, detrás de la plaza del Tubo de Palma, puede ser peligroso. En las últimas semanas, dos grandes ramas de un árbol han caído sobre sendos vehículos estacionados, causándoles daños. Al parecer, está podrido y cada vez que el viento sopla con cierta intensidad pierde una de sus ramas. Alguien debería revisarlo para evitar un desastre.
