Un vecino de Palma acusado de incesto, por mantener una relación sentimental con su hija mayor, ha perdido la custodia de sus otros cuatro hijos. Los menores, como consecuencia de dicha relación de su padre, fueron declarados en una situación de desamparo y el Consell de Mallorca acordó su acogimiento. Esta decisión ha sido ahora ratificada por la Audiencia de Palma, que cuestiona el tipo de educación que están recibiendo estos menores, a los que se ha manipulado hasta el extremo de que creen que es un hecho normal que su padre pueda mantener una relación de pareja con su hermana mayor.

Este hombre, de 40 años de edad, es padre de cinco hijos. Tuvo su primer descendiente cuando tenía 18 años de edad. Después nacieron sus cuatro siguientes hijos.

Cuando la mayor de sus hijas cumplió los 16 años de edad empezó a tener una relación sentimental con su padre. Tres años más tarde la pareja tuvo su primer hijo. El Consell de Mallorca asumió inmediatamente la custodia del menor, que había nacido en esta relación incestuosa. El hombre era, al mismo tiempo, el padre y el abuelo de la criatura.

Según se señala en la sentencia, los técnicos del Consell desarrollaron un programa para normalizar la relación entre el padre y sus otros cuatro hijos. Los expertos denunciaron que los menores fueron manipulados por su propio padre, pues les educó de tal forma que los hijos consideraran como un hecho normal que su progenitor pudiera mantener una relación sentimental y sexual con su hermana mayor.

Se da la circunstancia que a pesar de que la pareja entre padre e hija perdieron la custodia de la criatura que nació hace ahora tres años, la mujer volvió a quedar embarazada por segunda vez. Esta previsto que también se les retire la custodia de este segundo hijo.

El tribunal señala que los cuatro hermanos no presentan aparentemente un trauma o un impacto psicológico "relevante" por la relación que mantiene su padre con su hermana mayor. Sin embargo, los jueces entienden que se debe, precisamente, a las especiales características socio familiares del entorno en el que han vivido. Ello, no obstante, no significa, según incide la sentencia, en que "no quiere decir que deje de ser nocivo para los hijos la normalización o relativización" por los menores "de aquella relación, que les puede producir confusión en el ámbito de las relaciones sexuales producidas entre iguales".

Aunque el padre pierde las custodia de sus cuatro hijos, los menores empezarán un programa de visitas con su progenitor.