La fiscalía pide 20 años de prisión para un británico acusado de matar a su mujer estrangulándola con el cable de un teléfono móvil en Calvià en enero de 2016. La acusación sostiene que el sospechoso, Warren L., de 50 años, acabó con la vida de la víctima, de 48, durante una discusión, atacándola por sorpresa y sin que ella pudiera defenderse. El fiscal le imputa un delito de asesinato y no da credibilidad a la versión del hombre, que apuntó a un accidente durante un juego sexual. La fiscalía pide además que el procesado, en prisión desde que ocurrieron los hechos, indemnice a su hija con 180.000 euros y que se le prohíba acercarse a ella durante 25 años. El caso será enjuiciado por un tribunal popular en los próximos meses.

El 23 de enero de 2016, al filo de las tres de la madrugada, el acusado llamó al servicio de emergencias 112 desde su apartamento del calle Bellavista, en Costa de la Calma (Calvià). Dijo que había matado a su mujer y que lo sentía mucho. Los servicios sanitarios y la Guardia Civil encontraron el cadáver de la víctima, Lisa Jane Lyttle, tumbado en el sofá. Tenía importantes marcas en el cuello y el acusado admitió que la había estrangulado con el cable del cargador de un teléfono móvil. La autopsia confirmó que la mujer falleció porque la opresión del cuello provocó una falta de oxígeno en el cerebro.

Juego sexual

El acusado matizó su confesión al día siguiente, ante el juez de guardia. El hombre explicó entonces que aquella noche había consumido alcohol y drogas y que la muerte de su mujer fue accidental. Según dijo, estaban manteniendo relaciones sexuales consentidas y, a modo de juego, rodeó el cuello de su pareja con el cable. El magistrado que le tomó declaración decretó su ingreso incondicional en prisión.

La Guardia Civil descartó la hipótesis del juego erótico y halló indicios claros de que se trataba de un caso de violencia machista. Los investigadores comprobaron que el acusado no tenía antecedentes por malos tratos en España, pero sí había sido arrestado por agresiones a su pareja en Inglaterra. Los agentes recabaron numerosos testimonios que aseguraban que el sospechoso y la víctima, que tenían una hija de 19 años en común, mantenían una relación tormentosa.

Lisa Jane Lyttle vivía en Londres con la joven, pero venía a Mallorca con cierta frecuencia para visitar a su marido. Su último viaje fue dos días antes de morir. La mujer tenía previsto pasar una semana con el hombre, que llevaba años residiendo en la isla y se había instalado pocas semanas antes en el edificio de apartamentos Siesta, en Costa de la Calma, donde ocurrieron los hechos.

La fiscalía sostiene en su escrito de conclusiones provisionales que el acusado y su mujer mantuvieron una discusión en el domicilio hacia las tres de la madrugada. Durante la pelea, el hombre decidió matar a su pareja y la acometió de modo "sorpresivo, súbito e inopinado" para que ella no pudiera reaccionar ni defenderse. Así, rodeó su cuello con el cable del cargador de un teléfono móvil y la estranguló hasta causarle la muerte por anoxia. La acusación afirma que el fallecimiento de la mujer ha provocado un gran daño moral en su única hija, a la que sustentaba y con la que convivía en Londres. Además, la fiscalía descarta en su escrito que el hombre actuara con sus facultades mermadas por el consumo de alcohol o las drogas.

El ministerio público considera al procesado autor de un delito de asesinato con la circunstancia agravante de parentesco por el que reclama una pena de 20 años de prisión. Además, solicita que el hombre indemnice a su propia hija con 180.000 euros por los perjuicios morales sufridos por la pérdida de su madre y que se le prohíba acercarse a menos de 50 kilómetros de la joven durante 25 años.

Está previsto que el juicio, que se celebrará con un jurado popular en la Audiencia de Palma, se celebre después del verano.