La Audiencia de Palma juzgó ayer a un joven de 21 años por un delito de corrupción de menores por tener en casa cientos de archivos informáticos de pornografía infantil en abril de 2016 y distribuirlos entre internautas a través de un programa informático. El sospechoso se acogió a su derecho a no declarar ante el tribunal de la sección primera. El fiscal solicitó para él ocho años de prisión, mientras que la defensa pidió su libre absolución y, de forma alternativa, tres meses de cárcel por tenencia de pornografía infantil.

El abogado defensor planteó dos cuestiones previas al considerar que se habían vulnerado los derechos fundamentales de su cliente y pidió la nulidad del procedimiento. El fiscal se opuso.

Tras guardar silencio el acusado, los guardias civiles que registraron su domicilio en Palma el 12 de abril de 2016 manifestaron que el joven fue muy colaborador. Según su versión, el sospechoso les facilitó la contraseña de su ordenador y admitió que tanto la computadora como los archivos que se estaban descargando en esos momentos eran suyos. Los agentes hicieron una comprobación de los archivos y constataron que eran de contenido pedófilo y muy impactantes al aparecer niñas atadas con cuerdas, bebés abusados por adultos y menores practicando sexo con animales. "Fue un registro muy fácil. Nos dirigimos a su dormitorio y se encontraron rápidamente gran cantidad de archivos pedófilos. El ordenador estaba en marcha. Lo tenía todo a la vista. En ese momento, en una carpeta se encontraron 165 archivos pedófilos", indicó un guardia.

Otro investigador explicó que los archivos descargados se compartían con otros usuarios. Según apuntó, el joven, además de tener guardado el material en una carpeta de archivos compartidos, también había hecho copias en otras carpetas. El acusado realizó búsquedas en Internet utilizando términos de pornografía infantil.