Un preso y su madre fueron condenados ayer a seis meses de cárcel por traficar con drogas en el centro penitenciario de Palma. La mujer fue sorprendida en 2016 cuando trataba de entregar a su hijo un paquete que contenía 12 gramos de hachís, que el interno pretendía vender a otros presos. Los dos acusados reconocieron los hechos y aceptaron la pena como autores de un delito contra la salud pública, por lo que la sentencia es firme.

La mujer entregó a su hijo, durante un encuentro vis a vis, 12 gramos de hachís para que los distribuyera a otros internos. Ambos han reconocido los hechos durante el juicio celebrado ayer y se han conformado con sendas penas de seis meses de reclusión por un delito contra la salud pública.

Los hechos ocurrieron el 16 de junio de 2016, cuando la acusada acudió a la cárcel de Palma para visitar a su hijo, que estaba recluido allí por otro delito.

La mujer llevaba ocultas varias piezas de hachís que entregó el preso. Su objetivo era vender los estupefacientes dentro la prisión. Un funcionario encontró los estupefacientes.

En total, eran algo más de 12 gramos de hachís, que fueron decomisados.

La fiscalía y la defensa de madre e hijo alcanzaron ayer un acuerdo de conformidad. El ministerio público ha rebajado su petición de condena a seis meses de cárcel para cada uno de los procesados, y estos se declararon culpables y acataron la pena, que en el caso de la mujer se suspende porque carecía de antecedentes penales.

El intento de introducción de droga en la cárcel fue detectado por los servicios de seguridad del centro penitenciario, conscientes de que algunos de los internos aprovechan los contactos con sus familiares en los encuentros vis a vis para hacerse con sustancias estupefacientes, que posteriormente venden a otros presos.