Antonio B.F., el hombre de 40 años detenido por el asesinato de su exsuegro en Sencelles, reconoció a los investigadores tras su arresto que mató a la víctima a cuchilladasmató a la víctima a cuchilladas cuando esta se negó a darle dinero, aunque dijo no recordar con claridad los hechos y en la declaración formal ante la Guardia Civil guardó silencio. Hubo una fuerte discusión que subió de tono hasta que el sospechoso empuñó un cuchillo de cocina y asestó varias puñaladas a su rival. Antonio B.F. atraviesa problemas económicos por su adicción a la cocaína, que le ha hecho perder varios empleos, según su versión. La Guardia Civil cuenta con reveladoras conversaciones telefónicas del acusado y pruebas que lo sitúan en la escena del crimen. Los investigadores seguían ayer volcados en la búsqueda del arma homicida y registraron una finca del padre del detenido en Santa Margalida. El hombre será puesto este fin de semana disposición judicial.

Según el relato ofrecido por el propio acusado y las investigaciones de la Guardia Civil, Antonio B.F. se presentó el lunes al anochecer en la finca del camino de Son Creixell, a las afueras de Sencelles, en busca de su exsuegro para pedirle dinero. No iba armado ni había planificado matar a la víctima. Pero Juan Antonio Florit no accedió a su petición y el encuentro degeneró en una fuerte discusión. Enfurecido, el sospechoso acabó golpeando a la víctima y cogiendo un gran cuchillo de la cocina que le clavó varias veces a Florit, quien opuso una fuerte resistencia y trató en vano de protegerse con manos y brazos. El propio acusado sufrió varios cortes durante la agresión. Tras el crimen, Antonio B.F. huyó apresuradamente, llevándose el arma homicida. Dejó a su exsuegro inerte sobre un gran charco de sangre e importantes rastros de su paso por la casa.Varias pruebas incriminatorias

El acusado y la hija de la víctima habían roto hace un año y medio, pero tenían una niña en común y las dos familias mantenían cierto contacto. Según han explicado varios testigos a los investigadores, el sospechoso y la víctima habían tenido algunas desavenencias porque a Florit no le gustaba el trato que su yerno ofrecía a su hija. Cuando la pareja rompió la relación, Antonio B.F. se instaló en el domicilio de sus padres, en la barriada palmesana de es Rafal. Atravesaba problemas económicos que atribuye a dos factores conectados: su adicción a la cocaína y la pérdida de varios puestos de trabajo.

La Guardia Civil considera que el caso está resuelto. Las pesquisas llevadas a cabo desde que el martes por la noche fue hallado el cadáver de Juan Antonio Florit han permitido detener al acusado en un tiempo récord. Descartada la hipótesis del robo, que perdió fuerza con el paso de las horas, la Policía Judicial centró la investigación en el entorno de la víctima. El homicidio había sido de una violencia poco habitual, ya que el cadáver presentaba numerosas cuchilladas -una de ellas le seccionó un dedo- y heridas defensivas y estaba sobre un enorme charco de sangre. Los agentes buscaban a alguien con quien Florit mantuviera alguna enemistad o desavenencia y preguntaron por ello a sus familiares más directos. El nombre de Antonio B.F. no tardó en aparecer y el jueves por la tarde fue detenido.

Varias pruebas le incriminan directamente como autor del crimen. Los investigadores cuentan con un pinchazo telefónico que le implica y las muestras recogidas le sitúan en la escena. Además, han comprobado que el acusado tiene varios cortes en los brazos que habría sufrido durante la brutal agresión a su exsuegro.

La Guardia Civil siguió buscando ayer el arma del crimen. Por la tarde, el acusado fue conducido a una finca de su padre en la zona de Vernissa, en Santa Margalida, a la que habría acudido tras el homicidio. Allí, un nutrido grupo de agentes de la Policía Judicial y el Laboratorio de Criminalística, con la ayuda de perros especializados en la detección de rastros de sangre llegados de Madrid, inspeccionaron durante varias horas la vivienda, sus alrededores y un coche para tratar de encontrar el cuchillo utilizado en la agresión mortal y otras evidencias. El arma no apareció, per los investigadores se llevaron de allí numerosos objetos para analizarlos.