La Audiencia de Palma ha ratificado una condena de un año y nueve meses de prisión para un hombre por exhibicionismo ante tres niñas, de 13 y 12 años, en Sant Antoni de Portmany, en Eivissa, el pasado verano. El sospechoso circulaba en un coche por la localidad, se aproximaba a las menores con la excusa de preguntarles cualquier cosa y cuando las víctimas se acercaban al vehículo exhibía sus genitales y empezaba a tocarse.

La sección primera ha desestimado el recurso de apelación del encausado y ha confirmado la sentencia del juzgado de lo penal número 2 de Eivissa, que le impuso un año de cárcel como autor de dos delitos de exhibición obscena a menor de edad en concurso, así como otros nueve meses de prisión también por otro delito de exhibicionismo. Además, el fallo establece la prohibición de aproximarse y comunicarse con las tres menores por un periodo de un año.

Según se declara probado, el hombre actuó en Sant Antoni de Portmany, en Eivissa, entre las siete y media y las ocho de la tarde del pasado 27 de junio, cuando circulaba en un Opel Omega. El sospechoso abordó a una niña y su prima, ambas de 13 años, cuando iban andando por las cercanías del cine regio. El varón detuvo la marcha, les preguntó si eran españolas y les mostró su teléfono móvil, en cuya pantalla aparecía un plano con la calle Madrid, preguntándoles si sabían dónde estaba la misma.

Una de las menores se extrañó por la pregunta y entonces comprobó de repente cómo el acusado tenía su miembro fuera del pantalón. Acto seguido, empezó a tocarse. Las dos niñas comenzaron a correr para alejarse del lugar, pero de nuevo se toparon con él porque había dado la vuelta a la manzana. Otra vez se detuvo y les ofreció cinco euros si le acompañaban. Las dos víctimas muy asustadas se introdujeron en una tienda cercana.

Días después, sobre las ocho menos diez minutos de la tarde del 1 de julio, el sospechoso conducía el mismo coche y, al observar a una niña de 12 años, se aproximó a ella y le preguntó por una oficina bancaria. La menor le dijo que justo la acababa de pasar y entonces él le ofreció 50 euros para que le acompañara, cantidad que fue subiendo a 100 y hasta 200, a lo que ella se negó. En esos instantes, la perjudicada comprobó que el hombre le mostraba sus genitales y se los estaba tocando.