El desastre sobrevino de una forma totalmente inesperada. Numerosas familias abarrotaban el restaurante Mas Oller, en la localidad gerundense de Caldes de Malavella el pasado domingo. Mientras los adultos apuraban los cafés, los niños saltaban en un castillo hinchable que los dueños del local habían instalado en el jardín. De repente, según explicaron algunos testigos, el castillo desapareció de la vista. Una súbita ráfaga de viento se llevó volando la instalación a diez metros de altura y cuarenta de distancia. Los niños que había encima salieron despedidos. Una niña murió y otros seis menores resultaron heridos. De las primeras investigaciones se desprende que el castillo solo estaba sujeto al suelo con dos anclajes, en lugar de los seis con los que debería contar.

Esta clase de accidentes son raros, pero ocurren. En Mallorca ha habido dos siniestros similares en los últimos años, en Algaida y Son Ferrer, con un total de seis niños heridos. Y tras la tragedia, surgen las dudas. ¿Hasta qué punto son seguras estas instalaciones? ¿Hay suficientes controles? ¿Cómo se puede evitar que se repitan en el futuro?

Desde el Govern balear explican que las condiciones de instalación de castillos hinchables están contempladas en una ley de 2013 que regula diversas actividades recreativas, como atracciones de feria o camas elásticas. Esta ley impone a las empresas propietarias de estos castillos la obligación de inscribirlos en un registro de la Dirección General de Emergencias y de contar con un certificado técnico que acredite que la instalación es segura. Una vez con este certificado, los dueños deben dirigirse a su respectivo ayuntamiento para obtener el permiso de explotación. Y son los ayuntamientos los que ejercen la actividad inspectora, los que deben confirmar que la instalación cuenta con este certificado, expedido por un ingeniero, que certifica que la atracción es segura.

63 castillos registrados

El registro de actividades itinerantes de la Dirección General de Emergencias del Govern tiene inscritos en la actualidad 63 castillos hinchables en Balears. Sin embargo, el propietario de una empresa dedicada a estas actividades explica que él solo dispone de unas 60 de estas atracciones. Y es una de la quincena de empresas que se dedican a esta actividad en la isla. Esto da una idea del nivel de incumplimiento a la hora de registrarse en este censo.

Respecto a los anclajes, las medidas de seguridad se suelen seguir de forma rigurosa en los castillos instalados de forma estable y los que contratan las instituciones, como los mismos ayuntamientos para celebrar fiestas populares. Los problemas y el mayor índice de incumplimiento se da en casos de castillos que se montan y desmontan con frecuencia, incluso cada día, o en los instalados por particulares.

Y este sería el caso del castillo que provocó la tragedia de Caldes de Malavella. Según publicó La Vanguardia, el propietario del restaurante admitió que no comunicó al Consistorio que iba a montar la atracción porque no sabía que debía hacerlo. El alcalde de Caldes, Salvador Balliu, reconoció que ni uno de los establecimientos del municipio que tienen estas atracciones ha pedido permiso ni ha presentado el informe de un técnico que confirme que están bien instalados.

Esta falta de control se extiende a Mallorca. DIARIO de MALLORCA solicitó el jueves al Ayuntamiento de Palma datos sobre las infracciones detectadas en castillos hinchables y sanciones interpuestas, pero en Cort no han podido recabarlas.

Para tratar de combatir este incumplimiento que parece generalizado, el director general de Emergencias del Govern balear, Pere Perelló, ha enviado una carta a todos los ayuntamientos de la isla para recordar la normativa que deben cumplir estos elementos hinchables. En la misiva, Perelló recalca el obligado cumplimiento del artículo 56 de la ley, que establece que deben contar con un certificado técnico que acredite que cuentan con todas las medidas de seguridad. Esta obligatoriedad se extiende tanto a las fiestas populares como a las particulares.

El propietario de una de estas empresas reconoce que los problemas suelen estar en los castillos que se colocan en fiestas particulares. Este empresario disponde de unos 60 inflables y destaca que "es esencial anclarlos bien, ya sea con piquetas de 50 centímetros cuando están sobre tierra, o bien atándolos a elementos fijos, como farolas", cuando están sobre una superficie dura.

El empresario admite que el accidente de Caldes de Malavella ha provocado cierta psicosis entre sus clientes. "La gente sigue contratando, saben que ha sido un caso aislado, pero nos insisten mucho en que esté muy bien asegurado al suelo".

Este empresario mantiene que, si se hacen las cosas correctamente, los castillos hinchables son atracciones seguras. En el caso de Girona, además de la falta de anclajes y la fuerte racha de viento que lo hizo volar, considera que habrían influido varios factores que se hicieron mal, "como la elección del lugar, en la cima de una colina, o el propio castillo, que tenía unas paredes y un toldo que hicieron el efecto de una vela".