El lunes, hacia las tres de la madrugada, un coche de la Policía Nacional patrullaba por Son Gotleu. Los agentes repararon en una persona que circulaba a bordo de un ciclomotor muy sospechoso: tenía el frontal destrozado, los cables por fuera y funcionaba sin llave. El conductor, al verse sorprendido, trató de huir. Abandonó la moto en la calle Pico Cebollera y se adentró en un edificio. Los policías fueron tras él hasta localizarlo en el rellano del ático, con el casco y los guantes todavía puestos. El sospechoso resultó ser un niño de 13 años que se había fugado de un centro de acogida. "He robado la moto, no me hagáis nada", les dijo. Al ser inimputable por su edad, los agentes no pudieron más que llevarlo de vuelta al centro donde vive y entregárselo a su tutor.
Además, los policías llevaron a cabo varias gestiones para localizar al dueño del ciclomotor e informarle de que lo habían recuperado. De madrugada, llamaron por teléfono al domicilio. La mujer que respondió se llevó un buen susto cuando le informaron de que la Policía buscaba a su pareja, sin darle en principio más detalles de los motivos. Él ni siquiera sabía que le habían sustraído la moto y se mostró muy agradecido a los agentes por su labor.
No era un robo
Dos hombres acudieron el martes al depósito de vehículos de Son Toells para recuperar una furgoneta. Según contaron, se la habían vendido a un hombre residente en Murcia y, antes de poder entregárselo, se la robaron. Denunciaron la desaparición y no volvieron a saber nada hasta que esta semana, la Policía Local de Lorca, donde vive el nuevo dueño comprobó que estaba en el depósito palmesano. Llevaba allí más de un mes y medio y nadie la había robado, sino que la grúa la retiró de un vado en la ciudad. El susto que se llevaron los dos hombres fue considerable cuando les informaron de que debían pagar unos 800 euros para retirarlo.
Pablo Escobar, en comisaría
Un joven sudamericano se presentó el martes en la Jefatura de la Policía Nacional para solicitar una autorización para viajar a Barcelona. Quizá para impresionar a los agentes que iban a atenderle, llevaba una camiseta con la foto de la ficha policial del narco colombiano Pablo Escobar. Plata o plomo.
Expulsado del pelotón
Un ciclista mallorquín transitaba por una carretera secundaria cerca de Santa Maria cuando se encontró con un pelotón de deportistas suecos. Decidió unirse a ellos, algo habitual en ese mundillo. Sin embargo, uno de los extranjeros se le acercó para decirle que no podía ir con ellos y literalmente lo echó del grupo. El aludido, bastante ofendido, decidió dar pedales y dejarlos atrás. Lo consiguió, pero tuvo que pararse poco después porque se quedó sin resuello.
A quién se le ocurre...
El pasado martes, sobre las seis de la tarde, Guardia Civil y Policía Local de Palma reciben varios avisos alertando de que un peatón pretende cruzar la Vía de Cintura a la altura de Son Moix, con un gran riesgo de ser atropellado. Una patrulla de la Guardia Civil de Tráfico y localizó al temerario. Le dijeron que no se podía cruzar a pie una vía rápida, le conminaron a que se fuera de allí inmediatamente, y le pusieron una multa para que no lo olvidara.
Luto en la upr
El reciente fallecimiento de la agente Jessica Moscoso Cambre a los 35 años, víctima de una enfermedad, ha conmocionado a la plantilla de la Policía Nacional de Palma. Su funeral, celebrado el pasado lunes, contó con una asistencia masiva de amigos y compañeros, que la recordaban como una mujer alegre y una profesional solidaria y rigurosa. De origen gallego, se había integrado plenamente en Mallorca. Estuvo destinada en labores administrativas, pero su vocación de policía la llevó a solicitar a un puesto donde hubiera más acción, y en la Unidad de Prevención y Reaccion (UPR) tuvo toda la que quiso. Descanse en paz.
