"Es un fallo que no debe volver a repetirse. Estábamos a oscuras y la sala se iba nublando por el humo. Lo único que pensábamos era en salir como pudiéramos". Un pequeño incendio en el sistema eléctrico del aeropuerto de Eivissa provocó el sábado el apagón de amplias zonas de la terminal, caos y retrasos, que en muchos casos superaron las dos horas, en los vuelos de salida. Sin embargo, quienes peor lo pasaron fue la veintena de personas que se hallaban en la zona de recogida de equipajes en el momento en que se produjo el percance y que quedaron atrapadas allí durante unos diez interminables minutos.

El suceso ocurrió poco antes de las ocho y media de la tarde. Según relató un testigo, primero se fue la luz y empezó a detectarse un olor muy desagradable en la sala, seguido a continuación de humo, procedente de los túneles por donde se descargan las maletas, que se hacía más denso por momentos. Entonces, se cerraron automáticamente puertas y persianas, dejando atrapados dentro y sin ventilación a 12 ó 14 pasajeros de Ryanair y los trabajadores de la terminal y las compañías de alquiler de vehículos que se encontraban allí.

Tres de estos empleados corrieron a la entrada de personal, que funciona con una tarjeta magnética, pero como no había luz, tampoco pudieron abrir esa puerta. Entonces, uno se puso golpearla hasta que los oyeron los agentes de seguridad del aeropuerto y los sacaron, asustados y "medio mareados" por el humo, pero afortunadamente bien.

El testigo estima que habrían pasado unos diez minutos desde que el humo empezó a invadir el recinto hasta que consiguieron salir.

Según informó una portavoz de AENA, el problema se produjo en un SAI (Sistema de Alimentación Ininterrumpido). Fortuitamente, se prendió fuego a una batería, que dejó sin luz amplias partes de la terminal y provocó la caída del sistema informático.

El cuadro eléctrico originó un denso humo al quemarse y muchas de las personas que se encontraban entonces en el aeropuerto abandonaron la terminal por precaución. Sin embargo, AENA aclaró que en ningún momento se ordenó su desalojo. Tampoco nadie resultó herido.

La que sí se vio muy afectada fue la operativa del aeropuerto. Suspensión temporal de operaciones, retrasos de más de dos horas en los vuelos de salida y pasajeros a los que no se permitía desembarcar de los aviones. Algunos se quejaban de que los habían dejado 50 minutos o más dentro del aparato en la pista sin ningún tipo de explicación. De hecho, la falta de información fue una de las críticas más repetidas por los afectados por el suceso.

La normalidad comenzó a restablecerse sobre las diez de la noche. Los técnicos cambiaron la pieza dañada, la luz volvió y, con ella, las operaciones de salida y un monumental atasco en los accesos al aeropuerto, donde el apagón había afectado también al aparcamiento y tuvieron que subir las barreras porque estaba lleno de coches.

AENA informó ayer de que la avería quedó solucionada dos horas después del incidente, en torno a las 22.30 horas, y de que desde ese momento el aeropuerto opera con normalidad.