La fiscalía solicita dos años de prisión para un hombre acusado de arrancar parte de un dedo a otro durante una trifulca en el Paseo Marítimo de Palma en la madrugada del 8 de septiembre de 2013. El sospechoso alegó, durante el juicio celebrado ayer en la Audiencia Provincial, que se limitó a mediar en una agresión de la víctima a otro chico. "Vi a tres jóvenes que estaban pegando a otro. Me metí para separarlos y uno me cogió del cuello. Escupí el dedo, pero yo no le mordí", afirmó. La víctima, por contra, sostiene que el procesado se abalanzó sobre él y le pegó varios puñetazos. "Hubo un forcejeo, puse la mano en su cara para separarlo y me mordió hasta que me arrancó el dedo", declaró ante el tribunal.

El ministerio público imputa al acusado, de 45 años, un delito de lesiones agravadas con la eximente incompleta de legítima defensa. Además de la pena de prisión, pide que el hombre indemnice a la víctima con 13.115 euros por las lesiones y las secuelas padecidas. El fiscal argumenta que actuó para defender a una víctima de una agresión, pero que lo hizo de forma "desproporcionada".

La acusación particular rechaza la atenuante, al entender que se trató de una agresión gratuita, y solicita una condena de seis años de reclusión para el sospechoso. El abogado defensor, por su parte, reclama la absolución. En su alegato final, el letrado del acusado comparó su actuación con la del profesor Jesús Neira, que sufrió gravísimas lesiones cuando salió en defensa de una mujer maltratada por su pareja en Madrid. El abogado calificó la actitud del procesado de "labor humanitaria digna de elogio y no de sanción".

El perjudicado sufrió, a consecuencia del mordisco, la amputación de la falange distal del dedo meñique de la mano izquierda. Fue atendido en un hospital y precisó tratamientos quirúrgicos y ortopédicos. Tardó 95 días en recuperarse y le han quedado secuelas funcionales y estéticas. El caso quedó visto para sentencia.